En esta ocasión dialogamos con Julio, un empresario de Pergamino que, con esfuerzo y dedicación, ha dejado una marca en la comunidad. Desde sus comienzos en SOMISA, hasta su recorrido por diferentes emprendimientos; nos cuenta cómo fue evolucionando su carrera, siempre acompañado de su familia y amigos de toda la vida. Su historia refleja los valores de trabajo, colaboración y compromiso social, mientras comparte sus experiencias en política, voluntariado y negocios que han sido parte de su vida.
- ¿Dónde comenzó su historia personal y profesional?
En Pergamino nací, crecí y me formé y, luego de recibirme de técnico, ingresé a trabajar en SOMISA, donde me encargué de nuevas obras y estructuras. Con el tiempo, logré ascender hasta convertirme en inspector a cargo de todas las obras en “Ingeniería en Expansión”. No obstante, a pesar de haber participado en concursos, el hecho de no ser ingeniero me impidió conseguir puestos más altos. Sin embargo, en un momento, gané un concurso nacional que me permitió dar un gran paso y dejar el cargo en SOMISA.
- ¿Cómo fue su transición hacia el trabajo independiente?
Fue gracias a un primo de un amigo, quien había formado una pequeña empresa que me ayudó a independizarme. Gracias a ese apoyo, hice un contrato verbal con Gigi Nardi de la firma: GENAR S. A, y luego continué por mi cuenta.
- ¿Cómo surgió la idea de una estación de servicio?
Esa idea nació gracias a un amigo que me propuso abrir otro tipo de negocio. Así comenzamos con la estación ESSO en la esquina de Prudencio González y la avenida. En cada paso importante en mi vida, siempre discutíamos las decisiones con mi señora Ma. Agustina Corona. Cada movimiento era un salto enorme, lleno de riesgos, como dejar la estabilidad de una empresa para emprender por mis propios medios. De hecho, mi amigo Fredi y yo fuimos amigos de toda la vida, unos 72 años de amistad. Empezamos con una empresa fundida y desacreditada, al borde de la quiebra, y terminamos viviendo seis meses dentro del negocio hasta entender cómo llevarlo adelante. Con el tiempo, los progresos se hicieron evidentes.
A su vez, mis hijos y los de Fredi, se fueron sumando de manera natural. A mi hijo Fernando siempre le gustaron las estaciones de servicio. Él decidió estudiar administración de empresas y, después de siete años, volvió a Pergamino con su esposa y se sumó al negocio, que hoy administra junto a la hija de Fredi, quien falleció hace un año. Nuestra sociedad fue un ícono en nuestra ciudad, además de ser una sociedad que continuaron nuestros hijos.
- También tuvo una participación importante en la CELP. ¿Cómo fue esa experiencia?
En 1973, ingresé al directorio de la CELP, donde estuve 26 años. Durante ese tiempo, nunca fui proveedor de la cooperativa, lo cual era importante para mí. Decidí retirarme cuando mi hija mayor esperaba a su primer hijo. Mi trabajo en la cooperativa fue un esfuerzo constante y siempre digo que fue “la amante que mi esposa me permitió” (entre risas). Fueron años de desafíos y luchas con los gremios, siempre tratando de hacer las cosas bien.
- Usted se ha mantenido activo en su comunidad. ¿Cuáles son sus motivaciones?
Siempre he sido un apasionado de la política y del servicio comunitario. Soy radical de vocación y eso me llevó a vivir según principios de pensar primero en la patria, luego en el prójimo y, al final, en uno mismo. He buscado transmitir a las nuevas generaciones que todo se puede lograr. Como decía mi padre: “Siempre hay que buscarle la comba al palo”. No hay excusas cuando uno tiene ganas y, sobre todo, cuando se pone todo en manos de Dios, nuestro Señor.
- Además de su actividad empresarial y política, ¿participó en otros ámbitos de Pergamino?
Claro, también fui socio del Auto Moto Club de Pergamino y luego lo refundamos junto con otros amigos cuando estuvo a punto de desaparecer. Además, fui tesorero del Centro Mi Casa, un centro asistencial en Florida 1050, fundado para ayudar a quienes más lo necesitaban. Allí, muchas jóvenes maestras recibidas, viendo la función social que iba a cumplir dicho establecimiento, se encargaban de limpiar, dar de comer, vestir y educar a los niños que se acercaban. Esas experiencias fueron muy gratificantes; la gente siempre colabora cuando sabe para qué es.
Por otra parte, fui uno de los impulsores para traer a Pergamino la TV COLOR (la antena repetidora de TV), con: ”Yo colaboré”, los mayores se deben acordar; también en cumplir el sueño del gas natural y la ampliación de la telefonía, entre muchos otros proyectos más.
- ¿Qué valores ha tratado de reflejar en su vida?
Creo en el servicio a la comunidad, en hacer las cosas bien y en trabajar sin esperar retribuciones. Nunca tuve un cargo rentado; siempre preferí trabajar por el bien común. Creo en la importancia de compartir lo que se puede hacer para inspirar a los demás a construir, en vez de decir que algo no se puede.
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