En la jornada educativa donde pudo verse una gran cantidad de personas entre docentes y niños, quedó evidenciado el estado de los mismos. Un solo baño por vestuario, duchas con una reja llena de excremento de palomas, espejos sucios y sector de inodoro con escasa limpieza y falta de papel higiénico disponible además de cestos desbordados de residuos descartables.
Pese a este panorama que debieron vivir cientos de niños que debían turnarse para utilizar el único baño que existe hay algo todavía más preocupante.
Cerca del acceso al sector hay una casilla que supuestamente debería contener un desfibrilador el cual debería estar a disposición pero pese al enorme cartel que posee, no contiene nada en su interior.
La pregunta es si aún así, las oficinas cuentan en su interior con un desfibrilador que uno pueda solicitar en caso de emergencia durante una actividad deportiva o si simplemente no se cuenta con ese recurso. Por otra parte sería interesante conocer qué capacitación tiene el personal del lugar para manejar y operar el aparato en caso de que exista.
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