Cristina Fernández de Kirchner se sumó a las gestiones de Unión por la Patria (UP) para voltear la ley ómnibus, que se tratará el miércoles en el Senado. Su objetivo principal es conseguir los cuatro votos que faltan para el rechazo y, de no ser posible, intentar quitar artículos.
Este jueves la expresidenta mantuvo una reunión en el Instituto Patria para evaluar el escenario de la votación. Entre otras figuras, habrían participado los legisladores José Mayans y Eduardo De Pedro y las legisladoras Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tulio.
El encuentro trató de mantenerse en secreto por sus protagonistas, quienes ante la consulta de Letra P se negaron a confirmarlo. Fuentes cercanas a la expresidenta le restaron importancia y se preocuparon por aclarar que no hubo un despliegue de los 33 miembros de UP en el Patria. "Son reuniones permanentes que puede tener con ese grupo", señalaron.
De todos modos, las fuentes del Senado consultadas por este medio confirmaron que en la reunión se habló de la estrategia para la sesión en el Senado, en la que el Gobierno confía en aprobar con modificaciones la ley ómnibus y el paquete fiscal.
En UP celebran que el Gobierno ya no cuenta con ningún voto de ese bloque. Hasta hace un mes, se especulaba con la ayuda del catamarqueño Guillermo Andrada, cercano al gobernador Oscar Jalil.
También estaba en duda la tucumana Sandra Mendoza, cercana al gobernador Osvaldo Jaldo. En los conteos de la Casa Rosada no figuran estos votos. Sí podría haber respaldo peronista a algunos artículos.
Los 33 miembros upeístas mostraron unidad en el pedido para interpelar a la ministra Sandra Pettovello en una sesión especial convocada para el miércoles a las 11, en simultáneo al tratamiento de la ley ómnibus.
Sin ese respaldo de UP, La Libertad Avanza (LLA) sólo puede perder dos votos del resto del recinto para sostener una mayoría. En el Gobierno ya consideran a Martín Lousteau como un kirchnerista más. Este viernes presentó sus dictámenes en los dos proyectos. En el peronismo aseguran que puede haber más radicales que voten en contra.
Las miradas están puestas en Maximilian Abad, que no firmó el dictamen. De seguir en rebeldía, faltaría un voto para frustrar la ley. Hubo tres firmas de bloques distintos que llegaron tarde al dictamen y en UP confían en que puedan dar alguna sorpresa en el recinto: son los de José María Carambia, Lucila Crexell (Cambia Federal) y Edgardo Kueider (Unidad Federal).
De no conseguir las cuatro voluntades para voltear la ley ómnibus y la reforma fiscal, UP se conforma con bajar algunos artículos con ayuda de los díscolos.
No está claro si Kueider quedó conforme con las reformas al capítulo laboral, que también fue cuestionado por Carambia. En el dictamen se incorporó un artículo para aumentar penas por bloqueos a empresas. Podría quedar descartado.
Es un hecho que la UCR votará en contra de la privatización de Aerolíneas Argentinas. La Libertad Avanza ya prepara una redacción alternativa para no trabar el resto de las ventas de empresas públicas.
UP también confía en retocar el capítulo de la reforma del Estado, con la disolución de organismos públicos. La reversión de Ganancias es la que más complicada está para juntar los votos.
En el oficialismo se conforman con no perder capítulos por dos tercios para, en tal caso, defender la versión original en Diputados.
Para tener garantías de llegar con los votos, Victoria Villarruel anticipó la reunión de labor parlamentaria para el lunes. Prevé juntarse unas horas antes con los jefes de bloque para hacer cuentas.
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