Durante un simple control sano en un dispensario de la zona sur, una madre joven llevó a su bebé de tan solo 6 meses de vida, sin imaginar que este acto revelaría un hecho de abuso sexual agravado. La médica pediatra que atendió al niño notó signos preocupantes y compatibles con abuso sexual, lo que la llevó a solicitar con urgencia el traslado del bebé al Hospital San Felipe.
En la sala de urgencias pediátricas del hospital, se realizaron los exámenes médicos correspondientes que lamentablemente confirmaron el diagnóstico inicial: el bebé había sido víctima de abuso sexual. Inmediatamente, las autoridades hospitalarias informaron a las autoridades policiales y judiciales, quienes tomaron cartas en el asunto.
El fiscal de turno, al tomar conocimiento de la situación, inició las investigaciones pertinentes y logró identificar a un sospechoso. Se trata de un menor de edad que guarda relación de parentesco con la víctima.
Debido a la corta edad del presunto agresor, el caso fue transferido a la Justicia de Menores, y el imputado, de acuerdo con su edad, no fue detenido.
Paralelamente, se activó la intervención de las agencias encargadas de la protección de menores, quienes deben tomar medidas para abordar este delicado caso.
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