Con una victoria contundente frente a un rival que pelea entre los primeros puestos, El Fogonero parece imparable parable. Es que el equipo no es una oda al famoso “tiki-tiki” ni tampoco lo pretende, por el contrario es un equipo que demoledor en ofensiva pero que también corre, mete y todos se sacrifican a la hora de recuperar.
Así lo entiende y lo vive su entrenador, Gustavo Raggio, quién en más de una ocasión remarca a sus jugadores y en dichos públicos, que lo colectivo está por encima de lo individual y que hay que matarse por estar dentro del equipo.
Por eso, varias fechas atrás, no le tembló el pulso para sentar en el banco al jugador franquicia. Al que todos los años recibe ofertas, es apuntado por los rivales y es ídolo de la gente.
Es que ese tironcito de oreja, muchas veces sirve a los técnicos como herramienta para motivar a sus players, si es que estos entienden el mensaje y parece que Pablo, no sólo es distinto dentro de la cancha sino también fuera de la misma y supo entender el mensaje a la perfección.
Tanto frente a El Linqueño, desde el banco como ahora que recuperó la titularidad fue la figura indiscutida del equipo y además aportó dos golazos de tiro libre.
PRIMER TIEMPO
A los 9' se produjo la primera llegada de peligro, cuando Mazza, se sacó un hombre de encima y remató desde afuera del área provocando el esfuerzo del arquero rival que terminó despejando en dos tiempos.
Douglas era más desde el comienzo, con Petino y Meza adueñándose del medio campo y negándole la salida al rival, haciendo que se juegue siempre cerca del área defendida por Alarcón.
Así fue como a los 25' llegó el gol de Douglas. Luego de un córner, un centro pasado que conecto de palomita Tomas González para que debajo del arco, frente a la mirada desesperada de los rivales, Pablo Mazza la empuje a red y ponga el 1-0.
La primera llegada de la visita llegó como respuesta al gol y fue q los 28' cuando en una contra un centro atrás le llegó a Romero que remató desde afuera y la pelota se fue arriba del travesaño
Sin embargo, aún con el marcador en contra, la visita no podía salir del asedio que le proponían los de Raggio que eran pura intensidad y a los 42´el local nuevamente tendría la chance de ampliar el marcador, con una pelota parada al borde del área. Pablo Mazza, al igual que frente a El Linqueño, se haría cargo y pegándole por encima de la barrera, dejaría plantado a Alarcón que solamente pudo hacer vista y observar como el 2-0 ya era un hecho consumado.
SEGUNDO TIEMPO
El complemento fue bastante más discreto, ya que el dueño de casa también era el dueño del marcador y del trámite del encuentro. El partido entró en una etapa en dónde los vestidos de negro hacían gala de la posesión de la pelota, enfriando el cotejo y sin ser prácticamente agredidos por el rival, que no encontraba argumentos.
Las excepciones serían escasas, a los 13´cuando Segovia tiró desde el sector izquierdo, desde afuera del área y obligó la estirada de Carrera que tuvo una tarde muy consistente en su actuación.
Otra de las chances claras de la visita llegaría a los 30´cuando Romero ejecutó un tiro libre casi en una posición idéntica dónde había convertido Mazza en el primer tiempo. En esta oportunidad, El Fogonero se salvó porque la pelotapegó en el travesaño.
No obstante, Douglas seguía sin pasar mayores sobresaltos y daba la sensación que cuando acelerara un poco, terminaría por liquidar el trámite y esto sucedió finalmente a los 43´cuando el ingresado Juan Pablo Miño, tomó una pelota desde afuera del área y definió al palo más lejano del arquero de Sportivo que no pudo hacer nada. Marcando así su tercer tanto en el torneo y poniéndole el moño a una victoria contundente.
Fue 3 a 0 y delirio para un Miguel Morales que lució con buen marco de público que cada fecha que pasa y aunque falta muchísimo por recorrer, se ilusiona cada vez más con la posibilidad de ascender.
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