Durante los últimos días varios vecinos se comunicaron con PRIMERA PLANA para plantear su preocupación por el estado de abandono que presentan algunos sectores del Cementerio Municipal.
Pastos altos, acumulación de basura, inseguridad y panteones en estado ruinoso son algunas de las quejas que desde hace tiempo vienen realizando los visitantes de la necrópolis. A los que se suma en los últimos tiempos el robo de placas de bronce que decoran las fachadas de los panteones y monolitos del lugar.
Según explicaron fuentes confiables a PRIMERA PLANA, el bronce es una aleación que tiene considerable valor de reventa. Los ladrones retiran las placas y adornos de este material para venderlas a los reducidores, que las funden para volver a insertar el metal en el mercado. Esto ocurre no sólo en el cementerio, ya que desde hace tiempo en los locales; estudios de profesionales e inclusive espacios conmemorativos han optado desde hace tiempo por utilizar materiales como el acrílico o la chapa para confeccionar las placas, ya que sufrían sistemáticamente el robo de las que estaban hechas de bronce.
El problema de los robos se agrava en el Cementerio debido a la cantidad de placas y adornos de bronce colocados por todo el sitio.
Durante una recorrida por el lugar, PRIMERA PLANA pudo comprobar que prácticamente no hay ningún sector del predio que no haya sido vandalizado. Puertas “barreteadas” placas arrancadas, lápidas dañadas; nada se salva de la destrucción. Inclusive en varios casos el mismo interior de los panteones ha sido saqueado, ya que algunos contienen rejas o rejillas también de bronce y por lo tanto, de interés para los ladrones.
Hay que tener en cuenta que el Cementerio no es sólo la última morada de personas sino que, además, por el valor arquitectónico de sus edificaciones, por las características de los monumentos erigidos en el lugar y por los objetos que contiene, conserva una parte importante de la historia de la ciudad. En muchos, casos, las placas de bronce colocadas hace décadas recuerdan a pergaminenses ilustres. Pero en otros esas placas ya no están porque fueron robadas. Un ejemplo es la falta de la placa de gran tamaño que reseñaba vida y obra de Vicente Biscayart, que fue intendente de Pergamino a finales del siglo XIX y que estaba colocada junto a la puerta del panteón familiar.
Por otra parte, al monolito perteneciente al Colegio de Abogados del Departamento Judicial Pergamino, ubicado a metros de la entrada principal, le robaron no sólo las placas sino también el mármol que recubría la estructura.
A todo esto hay que sumarle el estado de abandono que exhibe gran parte de los panteones y tumbas. Al examinarlos se percibe fácilmente que nadie entra en ellos desde hace años: Los vidrios rotos, puertas dobladas, paredes descascaradas y caída de la mampostería configuran un panorama habitual en las calles del Cementerio Municipal.
A todo que adherirle los reclamos por inseguridad y pastizales altos, más aún luego de las lluvias de los últimos días.
En su recorrida por el predio municipal, PRIMERA PLANA tuvo oportunidad de dialogar con uno de los escasos visitantes que transitaba por el lugar, un hombre de unos 60 años: “La verdad es que uno no se siente seguro”, se quejó. Y agregó que “hay un solo policía y viene solamente de noche. Durante el día esto es tierra de nadie”.
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