Fernanda Castiglioni es una docente que denuncia públicamente una situación de hostigamiento y destrato que debió vivir con las inspectoras del nivel educativo en que se desempeña, a quienes acusa de no cuidarla: “los equipos de distrito, nos sentimos solos”, le dijo a PRIMERA PLANA.
Parece, que, a 75 años de haberse creado la modalidad de Psicología, la que debiera ser más humana y empática con los docentes que debe acompañar, eso no está sucediendo, o al menos en el caso de Fernanda Castiglioni no ocurre, según decidió denunciar.
En un relato que publicó la docente, que se desempeña como psicopedagoga de dos escuelas secundarias y de primaria de adultos, explicó que desde hace 12 años trabaja en educación pública, pasó por todos los niveles y modalidades tanto como parte de los equipos de orientación escolar como parte de Equipo Distrital de Infancias y Adolescencias (EDIA) y el Equipo Distrital de Inclusión (EDI), que son las dos estructuras territoriales pertenecientes a la modalidad de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social en el distrito de Pergamino.
La docente, que hoy denuncia acoso laboral en el ámbito de la educación, a través de una publicación de hace algunos días atrás, expuso que en su puesto de trabajo donde como orientadora educacional “este año, dentro de las escuelas están sucediendo muchas cosas, problemáticas sociales que cada vez son más graves y repercuten directamente en el ámbito escolar” y agregó que “si bien siempre fue así, antes, los inspectores de niveles y modalidades, acompañaban a sus docentes, orientando, apoyando, guiando, conteniendo. Uno trabajaba tranquilo y seguro de que había ‘gente arriba’ que te cuidaba”.
En este fragmento deja en claro la sensación de abandono que sintió por parte de las inspectoras. Porque, según su percepción, “este año muchos de los equipos del distrito nos encontramos solos o nos sentimos solos”, detalló.
Destrato y abandono
Fernanda Castiglioni indicó en su publicación cómo fue que comenzó el conflicto que hoy denuncia, el cual provocó un gran perjuicio en su salud mental llevándola a un intento de suicidio, de acuerdo a su declaración. “Este año, desde el mes de septiembre, comencé a sufrir destrato y luego abandono total de su función en relación a mi persona por una inspectora de psicología, quien nunca más me respondió un mensaje de texto ni un llamado cuando necesité asesoramiento”, reveló.
“Luego, sufrí acoso y persecución por parte de otra inspectora, de otra modalidad”, agregó.
La situación fue escalando cuando “comencé a sentirme angustiada, mal, a tener que usar mis espacios terapéuticos para hablar de trabajo. En fin, empecé a no tener deseos de ir a trabajar.
“Cada situación que fui viviendo la fui elevando a Jefatura Distrital solicitando una entrevista con el fin de obtener un encuentro personal. Fui recibida una sola vez, a partir de la primera situación, y luego, al igual que con la inspectora de Psicología, jamás se me dio la oportunidad de hablar”, afirmó.
Pese a que esperaba una respuesta formal vía correo electrónico, “las situaciones que he enviado por mail a dicha jefatura con acompañamiento de pruebas si han llegado a oídos de mis inspectoras” y además “Me han vapuleado, no me han dado respuesta, se han dirigido a mí de manera inapropiada y no recibí más asesoramiento, solo situaciones de violencia verbal y hostigamiento” destacó.
“Luego de la situación con la inspectora de psicología me tomé unos días de licencia y es ahí donde comienza la persecución por parte de la inspectora de una modalidad en la cual trabajo”, relató.
La docente explicó que “para evitar problemas y sintiéndome absolutamente indignada y a la vez, triste por la situación, mi psiquiatra me sugiere una licencia e incrementar las sesiones de psicología para trabajar en herramientas propias que me permitan volver al trabajo sin que me afecte tanto lo que venía pasando”.
También señaló que “mientras estuve de licencia me convocaron 3 veces de las cuales asistí dos porque en una además del padecimiento subjetivo que venía atravesando estaba con un cuadro febril”.
Entre las situaciones irregulares a las que afirmó haber sido sometida, “tuve que dejar de trabajar en unas horas del programa FinEs y en el acta de cese que pretendían que firmara por orden de dicha inspectora, decía que yo me había reunido un día en un lugar, con una persona, quien me informaba dicho cese. Todo lo que decía esa acta era mentira. Obviamente no la firme, hice un descargo y lo envié a jefatura distrital”, reconoció.
Además, agregó que se reintegró al trabajo el 14 de septiembre y esa misma tarde se realizó una reunión. Al día siguiente a la mañana, “la inspectora me convoca para el día jueves fuera del horario de mi declaración jurada y asisto a esa reunión.
“El día viernes me presento en jefatura distrital por segunda vez y dejo el recado de que necesitaba una reunión con la inspectora jefe y luego mando mail formal con el mismo fin”, según dijo Castigioni, la respuesta fue “silencio e indiferencia absoluta”.
Internación
La historia continúa con que “después de haber culminado la semana laboral donde fui citada a reunión dos veces, una de ellas fuera del horario de mi declaración jurada de horarios, me senté en la mesa de mi casa y me quise matar. Terminé internada. Con posibilidades de no pasar la noche y con mi familia sufriendo”, dijo.
Aunque “gracias a Dios los médicos actuaron rápido, pasé las horas críticas y ya estoy en mi casa gastando una fortuna de dinero en mis terapias, que, si bien las hacía, no las hacía con la frecuencia con que las tengo que hacer ahora”.
Según consta en el certificado que adjuntó la denunciante, María Fernanda Castiglioni, Documento Nacional de Identidad N° 28.895.114, por este motivo cursó internación en Guardia General desde el 19 del corriente hasta el día siguiente por sobreingesta medicamentosa. Esa constancia medica está rubricada por la psicóloga y psiquiatra del nosocomio local.
Sobre este tema, la docente reflexiona “que las personas que hoy tienen que acompañar a los equipos de orientación, a los directivos, a los docentes, se estén dedicando a dar órdenes a partir de libros que solo contienen palabras sin un gramo de empatía. Esto me genera mucha tristeza”, reflexionó.
“Ver que tantas y tantos colegas están con tratamientos psicológicos, psiquiátricos, por estrés laboral y por el maltrato, destrato o simplemente desidia de los niveles supervisivos es alarmante”, lamentó.
Castiglioni aclaró, por otro lado, que hasta la fecha no recibió el llamado de ningún superior jerárquico. “Les aseguro que no soy la única que se siente sola en el sistema educativo y que tampoco soy la única que ha recibido maltrato y hostigamiento por la inspectora de la modalidad”, aseveró. Y pidió que “para invitar a la sociedad a solidarizarse con el personal de las escuelas, para hacer visible la ausencia de acompañamiento y la falta de respuestas de las autoridades y para que nadie más tenga que pasar por la situación que yo pasé, hagan escuchar su voz”.
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