El 25 de mayo de 1985, la política argentina sufrió una dolorosa pérdida con el fallecimiento de Raúl “El Flaco” Borras, un dirigente radical que dejó una profunda huella en la vida democrática del país. En conmemoración de este aniversario luctuoso, se procedio hace 10 años a declarar a Borras "Ciudadano Ilustre" de Pergamino pos mortem y se descubrirá una placa en la casa donde vivió, recordando su imperecedero legado.
Raúl Borras, conocido cariñosamente como “El Flaco”, fue un actor clave en una época crucial para Argentina, marcada por la transición entre gobiernos de facto y la restauración del estado de derecho. Su figura se erigió como un engranaje fundamental en la revalorización de la Constitución Nacional y la apertura hacia la vida democrática. A través de su cálida mirada y su respetuosa consideración hacia los demás, Borras no solo participó en este proceso, sino que también enseñó política, resolviendo situaciones que consolidaron el sistema democrático y promoviendo la idea de que la política es un servicio a la comunidad.
Nacido en Alcorta, su vida se desarrolló en Pergamino, donde comenzó su carrera política en el Colegio Nacional como estudiante. Su compromiso con la causa política lo llevó a integrarse a la Organización Estudiantil TEA y a ejercer el periodismo en el Diario “El Laborista”. Fue un brillante participante de la Convención Constituyente de 1957 en Santa Fe y dirigió la redacción de “Propuesta y Control”. Su trayectoria lo llevó a trabajar en el diario LA OPINION de Pergamino y a desempeñarse en funciones de relaciones públicas en el INTA. Borras también ocupó el cargo de secretario de Agricultura de Tucumán, asesor del gabinete de Walter Kugler, y subsecretario en el gobierno de Arturo Illia.
En 1963, fue elegido presidente del Concejo Deliberante y, tras el golpe militar de 1966 que derrocó a Illia, Borras redobló sus esfuerzos por la restitución de las instituciones republicanas. En 1973, llegó a la Cámara de Diputados, donde recorrió el país promoviendo sus ideales y apoyando al presidente Raúl Alfonsín. Su estilo político, caracterizado por la reflexión, la conciliación y la moderación, se tradujo en una militancia fecunda y silenciosa, buscando la aglutinación de voluntades en torno a principios democráticos.
Uno de sus objetivos fundamentales fue consolidar en la conciencia colectiva la idea de que ningún grupo, por poderoso que fuera, podía estar por encima de la ley y sacrificar al hombre en nombre de logros supuestamente valiosos. Su formación ideológica le permitió observar las transformaciones del contexto político sin perder de vista su compromiso con los principios democráticos.
A lo largo de su carrera, Borras se convirtió en el hombre de confianza de Raúl Alfonsín, ocupando el Ministerio de Defensa en un periodo complejo en la relación entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas. Acompañó valientemente la firme decisión de Alfonsín de procesar a los máximos responsables del terrorismo de Estado durante la dictadura a través del Decreto presidencial 158/83, una acción que demostró su compromiso con la justicia.
La muerte de Raúl Borras marcó profundamente a su amigo y presidente, Alfonsín, quien lamentó la pérdida de un estadista y un compañero de lucha. Su legado se manifiesta en su incansable esfuerzo y su dedicación a la vigencia de ideales democráticos con un fuerte contenido humanista y social.
Hoy, recordamos a Raúl “El Flaco” Borras no solo por su connotación política, sino por su valentía ante las presiones y amenazas de los nostálgicos del autoritarismo. Su vida es un tributo a la lucha por un futuro más democrático y justo para todos los argentinos. En este 40 aniversario de su fallecimiento, su memoria sigue viva y su ejemplo sigue inspirando a nuevas generaciones a trabajar por una sociedad más equitativa y solidaria.
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