*Grupo INECO es una organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales. A través de su Fundación INECO, investiga el cerebro humano.
Las vacaciones escolares no solo son un descanso de la rutina académica, sino también un momento clave para el desarrollo de los niños. Sin embargo, la idea de “no hacer nada” puede tener tanto efectos positivos como negativos.
A continuación, algunas recomendaciones de la experta para organizar la rutina de los pequeños durante el receso escolar:
Las colonias no solo ofrecen entretenimiento, sino también beneficios para el desarrollo social de los niños. Al interactuar con otros niños en estos espacios, los pequeños aprenden a regular sus emociones y a mejorar sus habilidades sociales. Esto es clave para que desarrollen la capacidad de tomar decisiones y manejar situaciones difíciles, algo que les servirá a lo largo de su vida.
El juego libre, donde los niños pueden decidir qué hacer y cómo hacerlo, es fundamental para su desarrollo. Cuando los niños juegan sin reglas estrictas, tienen la oportunidad de usar su imaginación y resolver problemas de manera creativa. Además, este tipo de actividades los ayuda a manejar sus emociones y a aprender a convivir con los demás de manera más armoniosa.
Para los adolescentes, aunque la flexibilidad es importante, tener una rutina durante las vacaciones también es esencial. Los adolescentes atraviesan un momento de grandes cambios, y aunque buscan más independencia, necesitan algo de estructura en su día a día. Tener límites, como horarios para dormir y para el uso de las pantallas, los ayuda a mantener un equilibrio emocional y a evitar que se alteren sus hábitos de descanso.
El descanso es crucial para que los niños procesen lo que han aprendido y vivido durante el día. Durante el sueño, en particular, es cuando el cerebro organiza y guarda la información adquirida. Por lo tanto, aunque las vacaciones sean un tiempo de relajación, es fundamental que los niños y adolescentes tengan suficiente descanso, lo cual los ayudará a seguir creciendo y aprendiendo de manera saludable.
Durante las vacaciones, es recomendable variar las actividades que realizan los niños cada cierto tiempo, por ejemplo, cada dos semanas. Esto ayuda a que los niños se mantengan interesados y desarrollen la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones. Además, es importante que los padres sigan guiando a los niños, sobre todo en el uso de la tecnología. El control de los impulsos y la gestión del tiempo son habilidades que los niños aún están aprendiendo y, por lo tanto, los límites deben ser claros.
En conclusión, las vacaciones son una oportunidad para que los niños disfruten, aprendan y se relajen. Un equilibrio adecuado entre descanso y actividades estimulantes no solo les permitirá pasar un buen tiempo, sino también favorecerá su desarrollo emocional, social y cognitivo. La clave está en mantener una rutina flexible pero equilibrada, que les permita disfrutar de su tiempo libre de manera saludable y constructiva.
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