La comunidad rural de San Andrés de Giles se encuentra conmocionada tras una sucesión de robos violentos ocurridos durante el pasado fin de semana. Los incidentes, que tuvieron lugar en las proximidades de la Estación de Servicio YPF ubicada en el kilómetro 97 de la autovía 7, han dejado a los vecinos en estado de alerta y preocupación.
El primer episodio tuvo como víctima a una mujer de avanzada edad que reside sola en la zona. Tres individuos irrumpieron en su domicilio, la confinaron en el baño y procedieron a registrar la vivienda en busca de objetos de valor. Los malhechores se apoderaron de dinero en efectivo y algunas joyas, huyendo luego en la camioneta Chevrolet Montana de la víctima, vehículo que posteriormente fue hallado abandonado en la localidad de San Antonio de Areco.
Siguiendo con su raid delictivo, los mismos sujetos asaltaron una granja cercana, donde redujeron a los caseros y sustrajeron diversas pertenencias. Aunque intentaron llevarse dos vehículos de la familia propietaria, no lograron su cometido. Sin embargo, se apoderaron de teléfonos móviles y del salario de una empleada de la estación de servicio que residía en el predio.
Un tercer intento de robo se registró en la misma zona, aunque en esta oportunidad los delincuentes no lograron sustraer ningún bien de valor.
La inquietud de los habitantes se ha visto incrementada por un violento asalto ocurrido días antes en la planta urbana de Villa Espil, antiguamente conocida como Cruce de Tapela. En este caso, cuatro individuos con rostros cubiertos y armados, dos de ellos con armas largas, ingresaron a una vivienda familiar vistiendo uniformes que simulaban ser de Gendarmería Nacional, incluyendo chalecos antibalas.
Mariano Calomino, Director de Seguridad Ciudadana, proporcionó detalles sobre este último incidente en una entrevista. “Los delincuentes actuaron con violencia, especialmente contra el padre de familia que intentó resistirse, propinándole un golpe en la cabeza con la culata de un arma”, explicó. Calomino también mencionó que, aunque dos niños presentes no sufrieron daños físicos, quedaron con secuelas psicológicas tras presenciar la agresión.
Un aspecto que llamó la atención de las autoridades fue el modus operandi de los asaltantes. “Efectuaron dos disparos dentro de la vivienda con munición de goma, similar a la utilizada en represiones antidisturbios, y luego recogieron los cartuchos del suelo, un procedimiento inusual para delincuentes comunes”, señaló Calomino. Además, destacó la presencia de un líder que coordinaba las acciones del grupo.
Según las investigaciones, los delincuentes buscaban un supuesto dinero proveniente de la cosecha, que no se encontraba en el lugar. Finalmente, se llevaron 100.000 pesos y varias armas legalmente declaradas pertenecientes a la familia.
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