La interna del PRO llegó a un punto de ebullición esta semana, con enfrentamientos que involucran a sus principales figuras, desde Mauricio Macri hasta gobernadores e intendentes de todo el país. El partido que alguna vez fue la principal fuerza opositora se encuentra dividido entre quienes buscan una reconstrucción desde adentro y quienes apuestan a alianzas externas, incluso con Javier Milei.
El episodio más reciente que puso en evidencia el caos fue el comunicado emitido por los gobernadores del PRO, que generó malestar entre diputados y dirigentes nacionales. En los chats internos del partido, las críticas fueron contundentes. Algunos lo interpretaron como una decisión unilateral que expone las tensiones entre los distintos niveles de liderazgo. Según trascendió, varios legisladores dejaron mensajes de enojo calificando la medida como “unilateral” y “desconectada de la realidad”.
En este contexto, Mauricio Macri lanzó un operativo clamor para posicionarse nuevamente como la figura central del partido. Desde su entorno aseguran que "solo Macri puede devolverle el rumbo al PRO", aunque este intento no está exento de resistencias internas. La más notoria provino de Patricia Bullrich, quien no solo evitó apoyar abiertamente al expresidente, sino que también arremetió contra Hernán Lacunza, a quien acusó de obstaculizar cualquier negociación con otros sectores. "No se puede avanzar si seguimos tirando piedras dentro de casa", sostuvo Bullrich.
Mientras tanto, Diego Santilli hizo un llamado a buscar consensos con La Libertad Avanza. Su postura contrasta con la de referentes como Jorge Macri y Nacho Torres, quienes rechazan cualquier acercamiento a Milei y trabajan en el armado de listas puras del PRO. En un movimiento que profundiza la grieta interna, ambos dirigentes priorizan una estrategia centrada en la estructura partidaria tradicional.
El dilema sobre cómo posicionarse frente a Javier Milei también divide a los intendentes del conurbano bonaerense. Algunos, como Néstor Grindetti, prefieren mantener distancia del líder libertario, mientras que otros evalúan un acercamiento estratégico para no perder protagonismo de cara a las próximas elecciones. Este juego de tensiones locales y nacionales agrava la fragilidad del PRO en un momento crítico.
Desde el oficialismo, no faltaron las burlas. La propuesta de Macri de formar una “mesa de trabajo” fue comparada con “una asamblea radical más que una solución efectiva”, según comentarios recogidos en off. Las críticas externas no hicieron más que alimentar el fuego interno, con dirigentes del PRO cuestionando abiertamente la viabilidad de este tipo de iniciativas.
En paralelo, los libertarios comienzan a evaluar con mayor seriedad la posibilidad de alianzas en provincias estratégicas. La jugada, inspirada en el “efecto Luis Juez” en Córdoba, refleja una apertura a acuerdos políticos que antes parecían imposibles. Sin embargo, desde el núcleo duro del libertarismo insisten en mantener una postura inflexible frente al PRO, generando más dudas sobre el futuro de esta relación.
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