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Cómo nuestras preferencias en los perros y gatos afectaron la evolución natural de estas especies

Estudios científicos demostraron que las mascotas se están desviando del curso evolutivo natural por culpa de los humanos.

La relación entre humanos y mascotas generó cambios en la evolución de perros y gatos. Un estudio reciente reveló cómo las preferencias humanas moldearon el aspecto de estas especies. La selección artificial de rasgos específicos alteró el curso natural de su desarrollo evolutivo.

Las razas extremas que hicieron que cambie la evolución

Las razas modernas de perros y gatos desarrollaron características similares a pesar de sus diferencias evolutivas. Pugs y persas, por ejemplo, presentan caras achatadas, ojos grandes y cabezas redondeadas. Estos rasgos, similares a los de los bebés humanos, surgieron por la preferencia humana durante la cría selectiva.

El estudio de las universidades de Washington y Cornell utilizó tecnología 3D para analizar los cráneos. Los animales salvajes mantuvieron estructuras óseas estables, mientras que las razas domésticas mostraron una gran diversidad. Esta variación en las formas se relacionó con el "efecto bebé", un fenómeno psicológico que atrae a los humanos hacia rasgos infantiles.

50 millones de años evolutivos tirados a la basura

Perros y gatos compartieron un ancestro común hace 50 millones de años. La evolución natural los llevó a desarrollar características distintas. Sin embargo, la intervención humana modificó este proceso. La selección de rasgos específicos borró millones de años de diferencias evolutivas.

El "efecto bebé" influyó en la preferencia por mascotas con rasgos infantiles. Esta tendencia generó problemas de salud en las razas extremas. Los científicos advirtieron sobre las consecuencias negativas de esta selección artificial. La modificación de los cráneos para lograr rasgos más "adorables" provocó dificultades respiratorias y deformaciones dentales.

Los investigadores propusieron limitar la cría de animales con cráneos excesivamente cortos. Esta medida buscaría preservar la salud de las mascotas. El estudio demostró cómo las preferencias humanas pueden alterar la evolución natural de las especies.

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