Los acelerados tiempos del trabajo pueden llevarnos a adoptar hábitos perjudiciales para la salud, de acuerdo a la inteligencia artificial (IA) de Meta. La IA, de acuerdo a estudios científicos de prestigiosas entidades a nivel mundial, agrupa los peores en cinco categorías: alimentación, sueño, sedentarismo, una pobre gestión del estrés y hábitos sociales.
El consumo de alimentos y bebidas procesadas -que suelen contener grandes cantidades de grasas saturadas, sal y azúcares añadidos- puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes tipo dos y obesidad. Así lo constata un estudio publicado por BMJ, la revista médica de la Asociación Médica Británica.
De hecho, un estudio global de The Lancet, difundido en 2019, demostró que un bajo consumo de frutas y verduras está relacionado con millones de muertes prevenibles anualmente por enfermedades cardiovasculares y cáncer.
No realizar actividad física es de los hábitos más perjudiciales. Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las personas que no realizan ejercicio físico regular tienen un mayor riesgo de mortalidad, especialmente, por enfermedades cardíacas y cáncer. Para evitar tales efectos sobre la salud, la OMS recomienda a los adultos realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
Las enfermedades cardiovasculares y cáncer también están vinculados a pasar más de cuatro horas sentado por día. En números concretos, un análisis publicado en Archives of Internal Medicine evaluó a más de 200.000 personas y encontró que aquellos que pasaban más de cuatro horas al día sentados tenían un 40% mayor riesgo de muerte en comparación con quienes estaban sentados menos tiempo.
Una mala calidad de sueño puede repercutir en nuestro estado físico y emocional. Por ejemplo, un estudio publicado en Journal of Clinical Psychiatry mostró que la falta de sueño está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad.
En paralelo, conduce a desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad, de acuerdo a un informe de Sleep, de 2010.
El impacto del estrés sobre la salud es inmenso, de acuerdo a diferentes informes médicos y científicos. Un estudio de The Lancet encontró una relación clara entre el estrés psicológico crónico y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
No gestionar el estrés también puede repercutir en la salud intestinal y provocar, por ejemplo, el síndrome del intestino irritable y úlceras gástricas, según una investigación del Journal of Physiology and Pharmacology.
Fumar y consumir tabaco representa un gran riesgo para la salud, destaca la IA de Meta. El tabaquismo es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, las relaciones sociales son clave para lograr una vida saludable. Así lo afirma un análisis de la revista científica internacional Heart, realizado en 2016. Allí, se determina que el aislamiento social y la soledad están asociados con un aumento del 29% en el riesgo de enfermedades coronarias y un 32% en el riesgo de accidentes cerebrovasculares. A su vez, la falta de interacción social aumenta el estrés y las respuestas inflamatorias que dañan el sistema cardiovascular.
Son cientos los hábitos que pueden dañar nuestra salud. Por esta razón, es fundamental saber detectarlos y comenzar a implementar cambios al respecto. A los que se le debe prestar mayor atención, según la IA, son:
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