Desde hace algunos años vivimos un cambio de paradigma que se originó ante la aparición de la tecnología, la cual revolucionó la vida de las personas y las empresas en todos los niveles. La inteligencia artificial abrió un camino de adaptación y transformación permanente en donde aquellas compañías que ignoren y/o no se adapten al nuevo contexto podrían quedar obsoletas frente a su propia competencia.
Según el último informe que elaboramos a nivel mundial, el 95% de las empresas estadounidenses y europeas entendieron y adoptaron sus estructuras para dar espacio al uso de la inteligencia artificial en sus equipos. Esta mejora se posicionó como una herramienta imprescindible para alcanzar excelentes niveles de productividad con resultados increíbles. El alcance incluyó desde la creación de imágenes que acompañan presentaciones corporativas y la redacción de contenidos hasta la automatización de chatbots para brindar una experiencia diferente a sus clientes.
A partir del análisis, y a pesar del impulso de las organizaciones, observamos que sólo el 35% de los consumidores utiliza la IA generativa en la vida cotidiana. Una gran diferencia que nos permitió buscar e identificar para entender los 5 tipos de consumidores de inteligencia artificial, que generó esta disparidad. Partiendo del más familiarizado con la tecnología hasta el usuario que lo rechaza, introducimos a los consumidores entusiastas (enthusiasts), aficionados (dabbler), curiosos pero cautelosos (curious but cautious), exploradores emergentes (emergent explorer) y rechazadores rotundos (resounding rejector).
El entusiasta es el tipo de consumidor de IA que tiene un sentimiento muy positivo por los beneficios que genera el uso de esta tecnología, afirman que su productividad ha aumentado y la han utilizado para afrontar nuevos retos y para la resolución de problemas de la vida cotidiana.
El uso de la IA para el aficionado, es en promedio de una vez por semana, y la percepción que tiene sobre la tecnología es neutral pero con tendencia a positiva. Encuentra sus beneficios para resolver el día a día pero en comparación al entusiasta, la IA generativa lo usa con fines experimentales y de ocio para pasar el tiempo libre.
Cuando contrastamos la frecuencia de uso entre ambos, observamos que en las actividades más comunes como la investigación de conceptos e información y la asistencia en la escritura existe poca diferencia, entre un 10 al 15%. En cambio, cuando profundizamos sobre el uso de IA generativa con otras interacciones que implican más desarrollo e involucramiento con la tecnología como la creación y edición de imágenes, recomendaciones para la compra de bienes y qué decisiones se pueden tomar sobre situaciones cotidianas, el usuario entusiasta hasta duplicó el uso de frecuencia en las consultas y solicitudes a la IA.
Por otra parte, se encuentran los consumidores que no usan la inteligencia artificial generativa de forma frecuente, aproximadamente la mitad de los encuestados afirma no haberla utilizado nunca, mientras que el 18% la probó pero dejó de hacerlo. Entre los que dejaron de usarla, aproximadamente la mitad la exploró por curiosidad y luego perdió el interés; otros la abandonaron por razones más específicas, como la preocupación por la privacidad de los datos y la preferencia por realizar tareas sin ayuda de la IA.
Con este contexto, introducimos al explorador emergente, que cuenta con una visión positiva de la tecnología y se encuentra dispuesto a añadirlo como un complemento en la vida cotidiana en un futuro; curioso pero cauteloso, son los consumidores intrigados por el cambio que puede generar en todos los niveles pero cada vez que usan la inteligencia artificial generativa lo realizan con mucho precaución; y el rechazador rotundo, tipo de usuario que no quiere usar la tecnología y no la ve como una herramienta para sumar a futuro por la desconfianza y falta de seguridad.
A pesar de los distintos tipos de consumidores de IA generativa, a medida que aumenta el número de personas que experimentan la IA integrada en tareas cotidianas, puede aumentar la comodidad con el uso directo de la IA. Mientras tanto, a medida que las empresas integren interacciones de lenguaje natural en los recorridos de los clientes, las actitudes hacia esta tecnología podrían cambiar significativamente.
Ante este contexto dinámico y cambiante a diario, es clave para las empresas entender las actitudes hacia el consumo de IA que tienen en sus equipos ya que les permitirá tomar mejores decisiones sobre cómo crear y comercializar productos y servicios que ofrezcan ventajas con IA a sus clientes y, por supuesto, frente a su competencia.
Socio de Bain & Company y responsable por la oficina de Argentina
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