El Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte es el epicentro de una protesta contra los despidos masivos y la política de ajuste que pone en jaque el sistema de salud pública. La convocatoria, impulsada por empleados, gremios y organizaciones sociales, se realiza desde las 17 en la puerta del hospital, ubicado en Combate de los Pozos 2133, y busca visibilizar el impacto de las medidas implementadas por el Gobierno nacional.
El 15 de enero, unos 200 empleados del Bonaparte, entre médicos, psicólogos, terapistas y administrativos, recibieron telegramas de despido. Esta decisión, que forma parte de un ajuste mayor en el sector salud, no tardó en generar reacciones. “Nos están quitando las herramientas para trabajar. Este ajuste afecta a los pacientes más vulnerables y agrava su situación. Sin personal, no hay atención”, expresó una trabajadora despedida en diálogo con los medios.
La protesta se da en el contexto de una política de recorte más amplia. Hace apenas dos días, el Gobierno confirmó que evalúa cerrar las direcciones de VIH y vacunas, profundizando la crisis en el sistema sanitario. En el caso del Bonaparte, los despidos representan casi el 50% de la planta total del hospital, considerado un centro de referencia en salud mental.
Desde ATE Nacional, su líder, Rodolfo Aguiar, calificó las medidas como ilegales y advirtió que “se está vulnerando el derecho a la salud y a la vida de miles de argentinos”. Por su parte, los trabajadores del hospital han adoptado la consigna “Vaciar es cerrar. Sin trabajadores no hay salud mental”, que resume el espíritu de la lucha.
En redes sociales, la convocatoria al abrazo simbólico se viralizó rápidamente. Desde la cuenta oficial del hospital (@enluchaelbonaparte) señalaron: “Invitamos a toda la comunidad a defender los derechos de los trabajadores y la salud pública. No podemos permitir que estas políticas destruyan un servicio esencial para los sectores más vulnerables”.
El ajuste en el Bonaparte no es un caso aislado. Según datos difundidos por organizaciones del sector, los recortes en salud mental afectan a hospitales y centros de atención en todo el país. La situación se agrava en un contexto donde la demanda por problemas de salud mental ha aumentado exponencialmente tras la pandemia de COVID-19.
El abrazo simbólico busca ser un gesto de resistencia colectiva frente a una de las crisis más profundas que atraviesa el sistema de salud pública en décadas. En un escenario marcado por despidos, recortes y una creciente vulnerabilidad social, los trabajadores del Bonaparte esperan que esta acción sea un primer paso hacia la recuperación de un sistema digno y accesible para todos.
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