Millones de personas de todo el mundo cuentan con problemas a la hora de dormir. Este desgaste emocional que produce la fatiga, el cansancio por las mañanas y el agotamiento acumulado, puede afectar la salud cerebral y reducir significativamente la calidad de vida.
En este sentido, el psicólogo y especialista en longevidad, Marcos Apud, identifica un comportamiento que tiene un impacto notable en el organismo y asegura que un gesto tan simple como cenar temprano puede transformar la energía y capacidad de recuperación.

El especialista sostiene que uno de los hábitos más determinantes para el bienestar integral es “dormir con el estómago vacío”.
Esta práctica garantiza que la calidad del descanso esté alineada con el horario de la última comida del día. Es decir, si se cena demasiado tarde, el cuerpo no puede concentrarse en la regeneración, ya que está ocupado digiriendo.
Así, recomienda una pauta específica para garantizar que el sistema digestivo esté en reposo al momento de acostarse: cenar con al menos tres horas de antelación.
Este simple cambio, ayuda a reducir la fatiga, el cansancio matutino y esa sensación de agotamiento acumulado que tanto afecta al día a día. Además, es un hábito que puede mejorar la energía, la recuperación y la calidad de vida en cualquier etapa.
De todas maneras, el psicólogo también insiste en limitar la exposición a pantallas, ya que la luz interfiere con la producción de melatonina, esencial para lograr un sueño reparador.
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