• cielo claro
    29 de Abril de 2025
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Fin al debate que divide a los corredores: ¿comer antes o salir en ayunas? Lo que dice la ciencia te va a sorprender

En el universo del entrenamiento y el fitness, cada decisión cuenta. Elegir bien qué y cuándo comer puede cambiar tu rendimiento por completo.

En el mundo del fitness, cada detalle importa. Y cuando se trata de entrenamiento, una de las preguntas más repetidas es si conviene comer antes o salir a correr en ayunas. La decisión no solo afecta el rendimiento, también influye en el metabolismo y en cómo reacciona el cuerpo ante el esfuerzo.

tener un entrenamiento constante hará la diferencia a la hora de buscar buenos resultados se salud corporal

¿Correr con el estómago vacío te ayuda a quemar más grasa o te hace perder energía?

Quienes eligen correr en ayunas suelen hacerlo con un objetivo claro: quemar grasa de forma más eficiente. Al no ingerir alimentos antes del ejercicio, el cuerpo recurre directamente a las reservas de energía almacenadas, especialmente a los lípidos.

Este mecanismo puede resultar útil para quienes buscan reducir grasa corporal. Sin embargo, también tiene un costo: con niveles bajos de glucógeno, el organismo pierde potencia y resistencia, lo que afecta la calidad del entrenamiento.

La ciencia respalda que correr en ayunas activa la oxidación de grasas, pero también advierte sobre el riesgo de fatiga prematura, mareos y menor capacidad de recuperación. Por eso, esta modalidad se recomienda solo para esfuerzos de baja a moderada intensidad.

En resumen, salir a correr sin desayunar podría beneficiar a quienes priorizan la quema de grasa, pero no a aquellos que buscan rendir al máximo nivel o entrenar a alta exigencia. Como siempre, el contexto y los objetivos mandan.

Comer antes de correr: ¿mejor rendimiento o una carga innecesaria?

Incluir una comida liviana antes del running permite contar con niveles más estables de energía, mejora la resistencia y reduce el riesgo de bajones físicos. Esto resulta clave para quienes entrenan con intensidad o planean sesiones prolongadas.

La clave está en qué se consume y cuándo. Optar por hidratos de carbono de fácil digestión, como frutas, pan tostado o barritas energéticas, una hora antes de correr, garantiza combustible sin malestares.

Comer de forma inteligente antes de correr ayuda a sostener un ritmo parejo, evitar el agotamiento y recuperarse mejor. Para quienes apuntan a mejorar marcas o aumentar la carga semanal, esa energía previa puede ser decisiva.

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