El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la segunda revisión del acuerdo con la Argentina, tras evaluar el cumplimiento del país sobre las metas pautadas. El nuevo aval del organismo permitirá el desembolso de u$s4.100 millones.
El anuncio se realiza poco después de la visita de Sergio Massa a Estados Unidos donde logró un espaldarazo de la Directora, Kristalina Georgieva y en la antesala a la reunión que mantendrá hoy con el Presidente Alberto Fernández.
Cabe recordar que dicho acuerdo -que se cerró informalmente en la visita del ministro Sergio Massa la última semana en Estados Unidos- es el paso previo a la aprobación del directorio ejecutivo del FMI, algo que ocurriría en las próximas semanas y que decantaría en el desembolso de unos u$s4.000 millones.
Al margen de la cuestión burocrática, que no es menor, la decisión del organismo representa un espaldarazo para el plan económico que el ministro Massa viene llevando a cabo. El Gobierno señala que todo ese ecosistema de decisiones busca “estabilizar” la economía y apunta en dos sentidos claros: por un lado, la acumulación de reservas en el BCRA. Por otro, el acuerdo político vinculado con el próximo Presupuesto 2023, instrumento que el FMI valora especialmente.
El dato relevante es que tanto el personal técnico del FMI como las autoridades argentinas ratificaron en las últimas horas los objetivos establecidos el año pasado y apuestan a que no existan modificaciones en el corto plazo. Claro está que, al margen de estos puntos centrales, preocupa al Gobierno (y al FMI) la alta inflación. En el organismo entienden -y lo conversaron con el propio Massa hace unos días en su visita a Washington- que esa apuesta a no realizar cambios en el programa con el FMI constituye la quintaesencia del acuerdo y debiera contribuir a una baja de la especulación.
En el comunicado, el FMI hizo una observación sobre la meta de reservas aún dista de lo pautado (a partir de un crecimiento exponencial de las importaciones), aunque ponderando que el plan de Massa logró frenar la volatilidad en el mercado bursátil para la deuda argentina y respaldando las decisiones tomadas hasta aquí.
Cabe mencionar también algunos aspectos que el propio Massa llevó a Estados Unidos y que el FMI parece haber hecho parte de su agenda, lo que podría aventurar que, en una futura negociación, la Argentina tenga algunas herramientas adicionales para ganar márgenes de acción frente al organismo.
En su comunicado de los últimos días, la propia Georgieva reconoció el contexto más complicado, las presiones inflacionarias generadas por la guerra, la necesidad de contemplar a aquellos sectores de la sociedad que resultan más vulnerables y un acompañamiento al vector trazado en el presupuesto de discutir aquellas partidas del gasto público que, mediante exenciones, tienen como destinatarios a las empresas y no a las familias.
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