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Frutos de la educación pública: hijo de una empleada doméstica y de un recolector de residuos, se recibió de abogado

Alex Islas es un estudiante bragadense que eligió la UNNOBA para terminar sus estudios universitarios y convertirse en el primer profesional de su familia. Una historia cargada de esfuerzo y perseverancia.

Recientemente se realizó en la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA) la graduación de 286 estudiantes. La misma se desarrolló el pasado 22 de Agosto en la sede Pergamino de la UNNOBA y en la sede Junín donde se realizó el acto de colación en una emotiva ceremonia que tuvo como protagonistas a quienes cursaron sus estudios universitarios en la UNNOBA y recibieron sus títulos.

Los egresados de distintas carreras recibieron sus diplomas en Pergamino, en el auditorio “Atahualpa Yupanqui” de calle Monteagudo 2772 y en Junín, el viernes 23 de agosto, en el SUM “Mario Meoni”.

En esa oportunidad estudiantes provenientes de distintas localidades de la región recibieron sus títulos, en un marco que tuvo a representantes de todos los claustros de la UNNOBA, familiares, amigos y públicos en general.

En el acto el rector Guillermo Tamarit les tomó juramento y celebró que “una vez más la Universidad se vea repleta de una multitud de personas comprometidas con la tarea de forjar destinos a través de la educación”.

Entre esos estudiantes oriundos de diferentes ciudades se encuentra Alex Islas, un joven de la ciudad de Bragado quien se recibió de Abogado a fines del año pasado tras rendir su último examen final.

Es hijo de Lorena y Roberto, su madre trabajó de empleada doméstica y su padre, quien falleció hace tres años, trabajaba de recolector de residuos y también pintaba autos.

Su núcleo familiar se compone además con una hermana de veintidós años que está estudiando psicopedagogía y un hermano de seis años.

De origen humilde y familia trabajadora, logró el ascenso social gracias a la educación pública y así pudo convertirse en abogado para ser la primera generación de universitarios en su familia y en su barrio.

En diálogo con Rody Piraccini en “La Ventana” (Radio Más FM 106.7) reconoció el gran valor que tiene la educación pública “de otra manera sería muy difícil que una persona de mi clase social pudiese acceder a un estudio universitario y es fundamental que el Estado tome la educación como algo central, como algo que nos permita ascender socialmente y que eso se siga manteniendo en el tiempo”.

 

Un largo camino

Luego de terminar la secundaria en el 2016, comenzó sus estudios de abogacía en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) donde cursó el primer año de la carrera de Abogacía, y que en 2018 por cuestiones económicas no pudo seguir “me volví a Bragado y ahí empecé a estudiar acá en el centro universitario de mi ciudad Farmacia. No me gustaba así que a mitad de cuatrimestre dejé. Ahí empecé a preparar materias para rendir libre en la UNLP pero después tomé conocimiento de la UNNOBA y en Mayo de 2018 comencé a estudiar en Junín” relató.

A su vez, reconoció que “pese a ser de clase social baja, partí con ciertas ventajas respecto de otras personas de mi misma clase. Tuve el apoyo de mi familia que siempre me alentó, no solo desde que comencé mis estudios universitarios sino antes, para que vaya a la secundaria y la primaria. Siempre tuve esa contención que por ahí otras personas no la tienen”.

“No fui obligado, a trabajar de chico, entonces son cosas que a pesar de la clase social a la que perteneces te hace partir de otro lado distinto a personas que están en la misma condición” analizó.

Por otra parte expresó que “el mérito y el esfuerzo personal hay que revalorizarlo pero no desde un punto de vista ‘meritócrata’ creyendo que todos partimos del mismo lugar porque eso es anular las distintas situaciones”.

Y además, se refirió a todas las adversidades que debió afrontar “a lo largo de la carrera yo muchas veces pensé en dejarla. Fueron varios los momentos donde pensás que no todo tiene mucho sentido”.

Alex relató cómo fue volverse desde la capital provincial. Lleno de sueños y con una carrera en la que le iba bien pero no podía continuar: “El momento fue duro, es algo nuevo y en el primer año había promocionado todas las materias que cursé. Fue duro, fue complicado y de hecho hubo un tiempo que no quería saber nada con la abogacía. Fueron dos meses donde no quería saber nada, ni volver ni continuar”.

 

El camino final

Pese a todas las vicisitudes y dificultades a las que debió enfrentarse, el 20 de Diciembre del año pasado rindió su proyecto final sobre una pasantía que hizo durante su práctica profesionalizante en el Ministerio Público Fiscal de Junín en el área de Violencia institucional. En su examen oral expuso el trabajo realizado durante esa etapa.

“Apenas salí del aula estaba mi familia esperándome” describió. “Era como si estuviera anestesiado”, agregó.

Por otra parte, reconoció las sensaciones que lo atravesaron en ese momento: “Era rara la situación porque es como si siguiera siendo lo mismo pero a la vez había culminado algo que me llevó muchos años, esfuerzo y también dolor y frustración”.

“Si bien el titulo tiene mi nombre es una construcción de todas las personas que me han ayudado” concluyó.

 

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