En un mundo donde la innovación y la personalización dominan las elecciones individuales, incluso las tradiciones más arraigadas están evolucionando. Entre ellas, las despedidas de soltera, un ritual previo al matrimonio que durante décadas ha sido sinónimo de reuniones en grupo, noches de fiesta y decoraciones extravagantes. Sin embargo, las futuras novias están re imaginando este evento, dejando atrás las celebraciones masivas para adoptar una experiencia más íntima y personalizada: los viajes en solitario o “solorettes”.
El cambio refleja una transformación más amplia en la forma en que las personas se relacionan con las tradiciones. En lugar de adaptarse a expectativas sociales establecidas, muchos optan por rituales que les brinden un mayor significado personal. Para algunas novias, esto implica priorizar el tiempo para reflexionar, recargar energías y conectar consigo mismas antes de uno de los momentos más significativos de sus vidas. “Los viajes en solitario permiten a la novia concentrarse en sí misma sin interrupciones, lo cual puede ser increíblemente restaurador”, explicó la terapeuta Brooke Spowl en declaraciones al medio especializado Brides.
Pero, ¿qué motiva a estas mujeres a dejar atrás las reuniones con amigos y embarcarse en una aventura solitaria? Para comprenderlo, es necesario explorar las ventajas, desafíos y la creciente popularidad de esta alternativa que está redefiniendo cómo las futuras esposas se preparan para el matrimonio.
Tradicionalmente, las despedidas de soltera se centraban en celebraciones grupales con amigas cercanas, incluyendo actividades como cenas, salidas nocturnas y juegos. No obstante, en las últimas décadas, estos eventos han evolucionado hacia experiencias más complejas y costosas, muchas veces extendidas durante varios días e involucrando viajes internacionales, vestimenta coordinada y planes detallados que pueden ser abrumadores tanto para las novias como para las asistentes.
En este contexto, los viajes en solitario han ganado popularidad. Esta opción permite a las novias evitar conflictos de agendas y preferencias con amigas o familiares, concentrándose en una experiencia diseñada únicamente para satisfacer sus propios intereses y necesidades.
Optar por un viaje en solitario previo al matrimonio no solo ofrece un escape del estrés, sino que también abre la puerta a un proceso de autodescubrimiento. “Es una oportunidad para que la novia reflexione sobre el gran cambio que está por venir en su vida sin comprometer nada”, explicó la psicóloga Dr. LaShandra Batiste-Manary a Brides. Ya sea relajándose en un spa, explorando nuevos destinos o simplemente disfrutando del silencio en un entorno natural, las solorettes pueden ser una experiencia profundamente enriquecedora.
Además, este tipo de viajes elimina algunos de los inconvenientes asociados con las despedidas de soltera grupales, como las diferencias de personalidad, los conflictos entre invitados y las complicaciones económicas. Sin la necesidad de planificar actividades para satisfacer a un grupo diverso, la novia puede enfocarse únicamente en sus preferencias personales.
Según Valentini, hospedarse en resorts con actividades organizadas puede ser una excelente opción, ya que ofrecen un entorno seguro y oportunidades para socializar si lo desean. Entre los destinos más recomendados se encuentran Islandia, conocido por su tranquilidad y paisajes impresionantes, Miami Beach, para quienes buscan relajación en la playa, y el Red Mountain Resort en Utah, ideal para actividades al aire libre como el senderismo.
Más allá de ser una escapada previa al matrimonio, las solorettes se han convertido en un reflejo del creciente interés por la independencia y el empoderamiento personal. Según datos de Virtuoso, una red de agencias de viajes de lujo, el 71% de los viajeros en solitario en 2024 son mujeres, lo que demuestra que esta tendencia no está limitada únicamente a las futuras novias.
Para muchas mujeres, como Kalie Adams, quien decidió explorar las costas de Oregón antes de su boda, estos viajes representan una forma de conectarse con sus raíces y tomarse un respiro del ajetreo. “Las despedidas de soltera se han vuelto supercaras, y la mayoría de mi grupo de damas de honor ya iba a viajar para la boda. No quería pedirles más”, comentó Adams a Thrillist.
Los viajes en solitario como despedida de soltera no solo reflejan un cambio en las tradiciones, sino también una transformación en las prioridades de las mujeres modernas. En lugar de adherirse a expectativas externas, muchas están optando por experiencias que les brinden tranquilidad, perspectiva y un sentido renovado de propósito antes de dar el paso al matrimonio. Ya sea disfrutando de un baño termal en Islandia o caminando por los paisajes rocosos de Utah, estas futuras novias están redefiniendo lo que significa realmente celebrar el amor.
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