Las relaciones, muy especialmente las románticas, necesitan ser cultivadas todos los días y para no dejar que se marchiten lo que se requiere es que los miembros de una pareja, además de quererse, se cuiden mutuamente, que haya mucho amor y se presten toda su atención.
Esto se logra con la sencilla regla 1-1-1-1, a la que cada vez recurren más enamorados para que su vínculo perdure para siempre. Según explica la psicóloga española Elena Jiménez, la base de este método es que las parejas compartan tiempo de calidad, con lo que se garantiza que la relación reciba la atención que tanto merece.
Además, también ayuda a limar asperezas, pues dado que ambos miembros dedican sus esfuerzos, siempre de forma intencionada, a mejorar su relación, se fomenta el aprecio mutuo.
Esta técnica tiene cuatro puntos fundamentales que hay que seguir para que la relación llegue a buen puerto y dure en el tiempo. Nadie vive en un cuento de hadas y, por mucho amor que haya entre la pareja y por muy fuerte que sea el vínculo, no hay ninguna garantía de que vivan felices para siempre. No en vano, son muchos los obstáculos que con el paso de los años se presentan en el camino, empezando por la monotonía.
Cuando ya se llevan varios años de relación, en algún momento se debe volver a los inicios de la relación, a los pequeños, y grandes, detalles y a sorprenderse mutuamente aunque sea de forma programada como dictan las cuatro normas que conforman la regla 1-1-1-1.
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