Los últimos días de diciembre suelen traer consigo una mezcla de emociones: desde la alegría de las fiestas hasta la presión de cumplir objetivos pendientes. Este mes, tan cargado de actividades, puede convertirse en una fuente importante de estrés, afectando la salud mental y física de muchas personas.
Entre reuniones, regalos y balances del año, el cuerpo y la mente trabajan a un ritmo acelerado. La sensación de no llegar a todo puede generar una carga emocional que repercute en nuestra calidad de vida, por lo que es esencial buscar estrategias para mantener el equilibrio.
La acumulación de responsabilidades en diciembre puede activar una respuesta de alerta constante en el organismo. Según un estudio del American Institute of Stress, el estrés prolongado no solo afecta el estado emocional, sino que también incrementa el riesgo de problemas cardiovasculares y debilita el sistema inmunológico. En estas fechas, es común sentirse abrumado por compromisos familiares y laborales. Muchas personas sienten que diciembre es un mes para compensar lo que no hicieron durante el año. Esta mentalidad puede llevar al agotamiento físico y mental.

Por otro lado, el descanso se ve alterado, ya que las preocupaciones nocturnas dificultan el sueño reparador. Esto genera un círculo vicioso en el que la falta de energía impide abordar los desafíos diarios con claridad y paciencia.
Ante todo esto, hay cuatro claves para reducir la presión de diciembre:
También hay actividades para reconectar y se trata de prácticas que no solo mejoran el estado de ánimo, sino que también permiten una desconexión momentánea, ayudando a reponer energías. A pesar de la vorágine de fin de año, reservar espacio para el bienestar personal es crucial:
También es recomendable una nutrición equilibrada. Los eventos sociales de diciembre suelen estar acompañados de comidas abundantes y poco saludables. Si bien disfrutar es importante, mantener una dieta equilibrada puede marcar la diferencia en cómo el cuerpo maneja el estrés.

Consumir frutas y vegetales ricos en antioxidantes, como naranja, kiwi y espinaca, fortalece el sistema inmune. También es clave evitar el exceso de cafeína, que puede aumentar la irritabilidad y alterar el sueño.
Además, se recomienda hacer ejercicio como terapia. El movimiento físico es un aliado poderoso contra el estrés. Según la Clínica Mayo, el ejercicio regular libera endorfinas, sustancias químicas que generan bienestar. Incluso rutinas simples, como estiramientos o sesiones cortas de yoga, pueden ser suficientes para aliviar tensiones.
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