El episodio ocurrió en la madrugada del lunes, cuando la mujer regresó a su domicilio cerca de las 4 de la mañana luego de prestar declaración en la seccional policial. Al llegar, notó que la puerta principal estaba abierta y que la cerradura había sido forzada. Al ingresar, constató el faltante de dinero en efectivo, dos celulares, una cámara grabadora, documentación personal y una mochila infantil con útiles escolares de sus hijas.
Sin embargo, el saqueo no se limitó a su vivienda. Al inspeccionar su negocio, una verdulería conectada a la propiedad, descubrió que también le habían robado garrafas de gas, una caja registradora con dinero, bebidas y hasta un conjunto matero que contenía más dinero. Entre las pertenencias sustraídas, los delincuentes también se llevaron una valija.
El comerciante se encontró en una situación de total vulnerabilidad, ya que en la zona no hay cámaras de seguridad que puedan aportar imágenes para la investigación. La causa quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7, dirigida por la fiscal Eloisa Ramundo, quien ordenó la intervención de la Policía Científica y el Grupo Táctico Operativo para realizar las primeras pericias.
Por ahora, no hay pistas firmes sobre los responsables del robo. Tampoco se descarta la posibilidad de que el delito tenga algún tipo de vínculo con la denuncia que la víctima realizaba en la comisaría mientras ocurría el saqueo.
El hecho ha generado preocupación entre los vecinos por la creciente sensación de inseguridad y la falta de medidas preventivas en la zona. Las tareas investigativas avanzan, aunque el caso sigue rodeado de incertidumbre.
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