La psicóloga social y diplomada en suicidiología, María Castillo confirmó 23 suicidios de jóvenes pergaminenses en apenas 11 meses. La cifra, como mínimo, eriza la piel.
Dos personas por mes, menores de 35 años, decidieron quitarse la vida en nuestra ciudad. Un suicidio semana de por medio.
La problemática debería volverse cada vez más preocupante. A ésta realidad pergaminense se suma que, según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación, los jóvenes de entre 15 y 19 años son quienes están más inclinados a estas conductas.
El Instituto de la Mente Infantil (Child Mind Institute) de Estados Unidos está reelaborando la recomendación a la hora de dar noticias sobre el tema y subraya:“Es esencial no dramatizar o ‘sensacionalizar’, pero no evitar hablar de ello”. El psicoanalista Diego Zerba, autor de “La estructuración subjetiva en el niño”, coincide: “No a la tendencia a la catástrofe. Pero sí es necesario empezar a hablar de esto como un tema de salud”.
Los especialistas indican que si bien el suicidio es un fenómeno multifactorial, es decir, que no tiene una única causa, se pueden observar algunas situaciones de riesgo que predisponen a un adolescente o a un joven a tener pensamientos suicidas. Pero la realidad es que ellos no quieren terminar con sus vidas, sino con sus problemas y creen que quitándose la vida lo lograrán.
La salud mental y el bienestar de los adolescentes y jóvenes son cuestiones de vital importancia, que merecen la atención y el compromiso de toda la comunidad, principalmente si el Estado también acá brilla por su ausencia.
No hay dudas que el papel de las familias es insustituible. Y el de las instituciones educativas es clave. Pero existe una responsabilidad y un compromiso como individuos, como componentes de la comunidad, que es tomar en serio cualquier indicio, por pequeño que parezca y actuar de inmediato. Y máxime si el Estado Municipal no puede, no quiere o no tiene la capacidad de generar espacios, a través de dispositivos acordes, donde se puedan abordar estas problemáticas de manera urgente, abierta y sin tabúes.
Romper el mito de que no se puede hablar de suicidio es fundamental para evitar interpretaciones erróneas y garantizar una comunicación saludable y eficaz.
Nunca las problemáticas de los adolescentes y los jóvenes deben evaluarse como “temas menores” o “cosa de chicos”. Es sustancial escucharlos. Porque la intervención temprana y el acceso a profesionales de la salud mental son cruciales para prevenir situaciones críticas.
Los números son angustiantes en Pergamino: 23 suicidios en 11 meses. Dos personas por mes, menores de 35 años, resolvieron quitarse la vida. Un suicidio semana de por medio.
Como integrantes de la sociedad, tenemos el encargo de estar en alerta máxima, desde el lugar que nos toque, con las herramientas que tengamos al alcance de la mano y con un fuerte espíritu de empatía y solidaridad porque está clarísimo que hoy existen porciones de la comunidad cada vez más aisladas y en situación de mayor riesgo.
*El autor es periodista, integrante de PRIMERA PLANA y de RADIO MAS (FM 106.7)
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.