En las últimas horas, El Tiempo publicó una nota, sobre un supuesto hecho ocurrido en una importante avícola de la localidad de Guerrico, donde policías federales de Pergamino, justificándose en una causa judicial, supuestamente trucha habían ingresado a la planta de la empresa, solicitando poder hablar con algún encargado y/o gerente, con la finalidad de “buscar una solución al problema”.
Con estas evidencias, el fiscal Fernando D’ Elío elevó las actuaciones iniciales al Juzgado Federal de San Nicolás por el delito que involucra esta situación.
Pareciera ser que la repercusión mediática de la noticia, también envalentono a otros afectados o allegados a personas que estarían siendo afectadas, siendo víctima de posibles “aprietes” con la finalidad de obtener algún rédito económico para integrantes de la fuerza de seguridad nacional.
Es así que según nos llegó a nuestra redacción, uno de los policías federales residiría en la localidad de La Violeta, donde allí se habría dado otro caso o al menos un intento de “coima” hacia una persona que tenía un pequeño bar, ubicado en un garaje de una casa, quien por su buena atención y amistad con los lugareños se transformó en un lugar de encuentro.
Sin embargo, parece ser que quien sería su contra, en un lugar muy conocido del pueblo, se estaba viendo muy afectado en su negocio debido a que los parroquianos habrían dejado de concurrir al mismo, mutando al relativo nuevo espacio.
El comerciante que tendría “ciertos nexos de amistad” con su vecino perteneciente a la PFA y le habría ofrecido 300 mil pesos para que le “reventaran” y pudieran buscar la vuelta para apretar al dueño de su competencia que no paraba de crecer. El accionar tendría como única intención armarle una causa y de esa manera sacarlo de “circulación”.
No conformándose con la situación ofrecida, éste agente de la Federal, se habría acercado al bar más pequeño y amenazado a su dueño, indicando el ofrecimiento de su colega en el rubro gastronómico.
Sin embargo, también habría argumentado que “podía resolver su situación manifestándole que el dueño del otro bar, le había ofrecido 300 mil pesos para inventarle una causa y cerrarle su único medio de sustento de vida, por lo que este tema podía resolverse si en vez de 300, les daba 500 mil pesos y de esa forma cerraban el tema y no se iba a ver afectado”.
Según se supo la víctima indicó que no tenía ese dinero y que apenas podía afrontar los gastos para mantener su propio medio de vida con el bar. A lo que el hombre de la PFA, le “otorgo” cierto tiempo para poder juntar su “premio”.
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