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Obras en el Reducto Fortificado

Un proyecto integral busca convertir el antiguo casco de la estancia San Juan en un museo de frontera, rescatando la memoria de los pobladores del siglo XIX.

Las intervenciones en el Reducto, iniciadas recientemente, abarcan desde el cableado subterráneo de electricidad y la provisión de agua hasta el reacondicionamiento integral del edificio principal. Uno de los hitos destacados es la construcción de un módulo de 24 metros cuadrados que funcionará como oficina y vivienda para el cuidador del sitio. "Este espacio garantizará la vigilancia permanente y el mantenimiento del patrimonio", explicaron desde el equipo a cargo. 

Pero la iniciativa no se limita a lo edilicio: en paralelo, se desarrollan acciones para involucrar a la comunidad. En mayo, arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) lideraron un taller teórico-práctico donde vecinos participaron en excavaciones que develaron fragmentos de la vida cotidiana del siglo XIX. Entre los hallazgos se cuentan utensilios domésticos, restos de cerámica y evidencias de la dinámica de la estancia San Juan, propiedad de Juan Pío Cueto, figura clave en la expansión criolla hacia el sur. 

El Reducto no es solo un edificio, sino un símbolo de un proceso histórico complejo. Durante el siglo XIX, la provincia de Buenos Aires fue escenario de un avance territorial que desplazó a las comunidades indígenas y dio origen a localidades como Pergamino. "Este sitio fue testigo de cómo se construyó la identidad de la región, entre conflictos y mestizajes", señaló uno de los investigadores de la UBA. 

El futuro museo buscará narrar esa dualidad: por un lado, la vida en las estancias como centros económicos y sociales; por otro, las resistencias y transformaciones culturales. "Queremos que los visitantes comprendan que la frontera no era una línea, sino un espacio de encuentros y tensiones", agregó el especialista. 

El proyecto, que se extenderá durante todo el año, incluirá nuevos talleres arqueológicos abiertos al público y actividades educativas. La meta es clara: que el Reducto se convierta en un referente turístico y educativo, donde el pasado dialogue con las generaciones actuales. 

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