Miguel Ubaldo Ignomiriello, uno de los grandes patriarcas del fútbol argentino, hacedor de La Tercera que Mata y formador de incontables jugadores juveniles que luego fueron primeras figuras, fue homenajeado ayer por el Senado, que lo reconoció como Personalidad Destacada del Deporte de la Provincia en un acto emotivo celebrado a sala llena.
El reconocimiento fue impulsado por el senador provincial Pedro Borgini, en homenaje a su legado, su compromiso con la educación deportiva y su influencia en la formación de futbolistas dentro y fuera del país.
Borgini abrió la ceremonia, que tuvo lugar en el Salón Nunca Más del Anexo del Senado, ubicado en pleno centro de La Plata, celebrando la figura de Don Miguel frente a más de un centenar de personas que desbordaron el espacio: entre ellos se encontraban los campeones del mundo Alberto Poletti, Carlos Pachamé y Mario Gabriel “Bambi” Flores. También se acercaron otros pupilos de Ignomiriello como Humberto Zucarelli y el expresidente de Estudiantes, Enrique Lombardi y el gimnasista Antonio Rosl, parte de una camada de jugadores que Ignomiriello forjó de jóvenes y conformaron luego el recordado Lobo del 62.
Los presentes incluyeron también a dirigentes de Douglas Haig, uno de los 24 clubes que dirigió Ignomiriello a lo largo de su trayectoria, como Jorge Cuartango; su profesor de Educación Física, Roberto Cittadini; su ayudante de campo, Walter Dimattia, acompañados por Fernando Ayestarán, amigo personal del homenajeado. También a Nelson Oltolina, otro expresidente del Pincha, sentado junto al director de Diario El Día de La Plata, Raúl Kraiselburd, y su esposa, Mariana Miret.
Frente a ellos, Don Miguel, de 98 años, tomó la palabra, primero, para agradecer: “Nunca imaginé algo así, vamos a ser sinceros, me sorprendió. Agradezco la presencia de los amigos que han venido a visitarme. A mi familia, gracias, sobre todo a mi familia, que me acompaña permanentemente. Agradezco al senador Borgini por la iniciativa, a los campeones del mundo, a Enrique Lombardi, a Nelson Oltolina y Antonio Rosl por su presencia, a la gente de Pergamino… A todos, a los que conozco y a los que no, que han venido a acompañarme”, dijo emocionado.
En una charla moderada por los periodistas Pedro Garay y Osvaldo Papaleo, que siguió la campaña de La Tercera que Mata en 1965, Don Miguel repasó algunas anécdotas de su trayectoria, desde sus inicios con 15 años en Gimnasia hasta la célebre Selección Fantasma, que entrenó en la altura especialmente para vencer a Bolivia y clasificar a Argentina al Mundial de 1974. Y, por supuesto, tuvo un espacio central el recuerdo de aquella Tercera que Mata de la cual surgieron siete jugadores que fueron luego campeones del mundo con Estudiantes, ante Manchester, en 1968.
“Yo lo único que hice fue trabajar, y fijar normas para la práctica del deporte”, manifestó Don Miguel. Un trabajo, agregó, “para ganar, para campeonar: yo no quiero perder ni a la bolita. Así se fueron conformando hombres con personalidad para aspirar a ganar”.
En la charla, Papaleo, que, contó Don Miguel, le hizo su primera nota en el diario El Día, en marzo del 63, calificó de “revolución” aquel trabajo realizado por Ignomiriello en Estudiantes. Y lo definió como un “exprimidor”, que con su afán de mejorar exprimía a todos a su alrededor. “Los exprimidores hacen que todo el resto sea mejor”, lanzó.
Miguel Ubaldo Ignomiriello, nacido en La Plata el 11 de junio de 1927, es considerado uno de los grandes formadores del fútbol argentino. Inició su carrera en Gimnasia y dejó una huella profunda en Estudiantes: su Tercera que Mata, división campeona de 1965 que llenaba la cancha, dio al club un grupo de jugadores que luego, en Primera, protagonizaría la época más gloriosa del Pincha.
A lo largo de su destacada trayectoria, dirigió a Rosario Central, cultivando parte del talento que campeonó en 1971, y dejó una huella en Nacional de Uruguay.
En 1973 llegó a la Selección: quedó a cargo de la Sub 20, mostrando su ojo de seleccionador al convocar a futuras estrellas como Tarantini, Bochini, Trobbiani, Kempes, Bertoni y Pavoni, conformando la que sería recordada como la Selección Fantasma: un equipo de chicos formado especialmente para entrenar a la altura -los trasladó a La Quiaca- y derrotar a Bolivia por las Eliminatorias de cara al Mundial 1974. Argentina derrotó a Bolivia y quedó así a un empate de clasificar a la cita máxima.
Ignomiriello fue declarado Ciudadano Ilustre de La Plata en 2008 y Profesional Distinguido de Rosario en 2013. Actualmente, se desempeña como asesor permanente del museo del Club Estudiantes de La Plata, continuando su aporte a la historia del deporte.
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