El trastorno bipolar es una afección mental compleja que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, alternando entre episodios de depresión y manía o hipomanía. Los episodios depresivos (“bajas”) y maníacos (“altas”) son los principales síntomas de esta condición.
Si bien incluye componentes de la depresión, lo que distingue al trastorno bipolar de la depresión clínica es la presencia de episodios de manía donde el paciente experimenta un estado inusualmente elevado de humor y energía.
El Dr. Po Wang, director de la Clínica de Trastornos Bipolares de Stanford, destaca que este pico no es simplemente la superación de un episodio depresivo, sino una experiencia completamente diferente en cuanto al nivel de energía y comportamiento.
Aunque la causa exacta del trastorno bipolar no está completamente clara, se cree que surge de una combinación de factores genéticos, biológicos y ambientales. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. (NIMH), algunos de los principales factores que contribuyen a su aparición son:
Las personas suelen desarrollar los primeros síntomas en la adolescencia o en la adultez temprana, entre los 18 y 25 años. Sin embargo, según el Dr. Wang, los primeros cambios en el estado de ánimo pueden aparecer durante la niñez, lo que hace que sea crucial estar atentos a estas señales desde una edad temprana.
Existen diferentes tipos de trastorno bipolar, y la severidad y duración de los síntomas varían entre los individuos. En todos los casos, los pacientes experimentan episodios de manía o hipomanía (niveles elevados de energía) y depresión.
“Las personas con trastorno bipolar tipo 1 pueden pasar hasta el 40% de su vida en estado depresivo y un 15% en estado maníaco, mientras que aquellas con tipo 2 experimentan hasta el 60% de su vida con síntomas depresivos y un 5% con síntomas hipomaníacos”, según el Dr. Chris Aiken, director del Mood Treatment Center en Carolina del Norte.
Uno de los desafíos más comunes del trastorno bipolar son las recaídas, donde los síntomas depresivos o maníacos vuelven a aparecer. El Dr. Aiken explica que las recaídas pueden ser provocadas por:
Por ejemplo, se ha observado que algunas personas recaen en la depresión con mayor frecuencia en otoño, mientras que los episodios maníacos tienden a aumentar en primavera.
Identificar y diagnosticar el trastorno bipolar requiere una evaluación cuidadosa por parte de un psiquiatra o psicólogo, ya que los cambios de humor por sí solos no necesariamente implican esta enfermedad. Es crucial evaluar cómo estos episodios afectan la vida diaria de la persona y determinar si existen factores desencadenantes que puedan estar contribuyendo al desarrollo del trastorno.
Aunque el trastorno bipolar puede ser una condición crónica, existen tratamientos que ayudan a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. El tratamiento suele incluir medicación, como estabilizadores del estado de ánimo, y terapia cognitivo-conductual para manejar los desencadenantes emocionales y las recaídas.
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