Las aplicaciones de citas, como Tinder, revolucionaron la forma de relacionarse de manera romántica y sexual con otras personas. Sin embargo, según el profesor Elias Aboujaoude de la Universidad de Stanford, estas aplicaciones pueden resultar adictivas y tener un efecto negativo en nuestro cerebro.
El investigador del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Stanford explicó que la adicción está relacionada con la zona cerebral encargada de generar sensaciones de bienestar. De esta forma, demostró que los match generan a los usuarios una sensación similar a la de consumir una droga.
En este sentido, los científicos afirman que esta zona del cerebro se activa cuando se experimenta placer, pero también la expectativa de recibir un estímulo placentero. Es aún más intenso cuando se trata del amor.
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