Desde hace algunos años, cada vez más personas integran a sus perros en la vida familiar, dedicándoles tiempo, cuidados y atención como si fueran un hijo. Este fenómeno, conocido como "pet parenting", refleja un gran cambio en la forma en la que entendemos el amor.

Investigaciones realizadas en universidades de Estados Unidos y Europa señalan que la relación entre humanos y perros reduce el estrés y la ansiedad, mejora el estado de ánimo y eleva la producción de oxitocina, conocida como la “hormona del apego”.
Un estudio de "Frontiers in Psychology", por su parte, reveló que durante la interacción se activan áreas cerebrales vinculadas con el amor y la empatía. Esto explica por qué muchos dueños desarrollan vínculos intensos y duraderos con sus mascotas, tratándolos como miembros de la familia.
Además, el "National Institutes of Health" de Estados Unidos detalló que tener un animal trae beneficios para la salud: disminuye la presión arterial, refuerza el sistema inmunológico y aumenta la actividad física diaria.

Los lamidos de tu perro tienen diferentes significados en virtud de la situación, pero en cualquier caso, son una forma de comunicarse con vos.
El fenómeno del "pet parenting" también refleja cambios sociales y culturales. Factores como la postergación de la maternidad/paternidad, o la inestabilidad económica, llevan a muchas personas a buscar en los perros una forma de afecto y compañía.
Sin embargo, los especialistas advierten que, aunque tratemos a nuestras mascotas como hijos, es fundamental respetar las necesidades del canino, como el ejercicio, brindarle los estímulos adecuados y establecer límites claros.
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