En un intento por zanjar uno de los debates más acalorados en la era digital, Adam Mosseri, el CEO de Instagram, publicó un video en su cuentaabordando la persistente creencia de que los teléfonos inteligentes espían activamente las conversaciones privadas de sus usuarios para orientar la publicidad.
Mosseri comenzó destacando que ha tenido “muchas charlas apasionadas” sobre este tema, incluso “dos o tres con mi esposa”, y lanzó una desmentida rotunda: “No los escuchamos. No usamos el micrófono del teléfono para espiarlos”.
Mosseri explicó las barreras éticas y técnicas que harían inviable la escucha constante. Primero, si se llevara a cabo, sería una “grave violación de la privacidad” (y una práctica ilegal en la enorme mayoría de los países). En segundo lugar, el usuario se daría cuenta rápidamente debido al impacto técnico. Una escucha constante “agotaría la batería de su teléfono y se darían cuenta”. Además, si el micrófono del celular estuviera activo, “verían una pequeña luz en la parte superior de la pantalla avisándoles que el micrófono estaba encendido”. Mosseri no lo menciona, pero también se vería un persistente tráfico de datos desde el celular a los servidores de Meta, cosa que tampoco sucede.
Incluso para aquellos que “no creen nada de eso”, Mosseri ofrece cuatro explicaciones lógicas de por qué una persona “podría ver un anuncio de algo de lo que recientemente habló con alguien más”.
1. Búsqueda o interacción previa (el rastro digital). La primera explicación es que el usuario “realmente tocó algo relacionado o incluso buscó ese producto en línea en un sitio web antes de tener esa conversación”. La compañía confirma que trabaja con anunciantes que “comparten información con nosotros sobre quién estuvo en su sitio web para intentar dirigir esos anuncios a esas personas”. Si alguien estuvo mirando un producto en un sitio web, “ese anunciante podría habernos pagado para llegar con un anuncio”.
2. Influencia social y perfiles similares.La segunda razón se centra en los algoritmos predictivos basados en afinidades. Se muestra publicidad de productos que se cree que interesan a la gente, basándose, en parte, en “lo que les interesa a sus amigos y lo que les interesa a personas similares con intereses similares”. Por lo tanto, es posible que la persona con la que se estaba conversando “antes había buscado ese producto”, o que “en general, personas con intereses similares estaban haciendo exactamente lo mismo”.
3. Exposición inconsciente (memoria subliminal) La tercera posibilidad es la exposición previa no registrada conscientemente. Es factible que el usuario “realmente haya visto ese anuncio antes de tener la conversación y no se dio cuenta”. Mosseri recordó que “nos desplazamos rápidamente” por las pantallas, y a veces se “internaliza parte de eso”. Esta información internalizada es lo que “en realidad afecta de qué habla más tarde”.
4. Simple casualidad Finalmente, el cuarto punto es el azar: “casualidad, coincidencia: sucede”.
En el video publicado, Mosseri concluyó reiterando su mensaje central: “no escuchamos su micrófono”. Aunque admite que este es un mito difícil de erradicar: “Sé que algunos de ustedes simplemente no me van a creer, por mucho que intente explicarlo”.
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