No es casual que algunas personas se sientan profundamente conectadas con los gatos. Más allá de ser mascotas amigables, los felinos despiertan un tipo de afinidad emocional muy particular. Y según la psicología, quienes eligen convivir con ellos tienen rasgos de personalidad que los distinguen.
Las personas que eligen gatos suelen valorar el silencio, la independencia y los vínculos emocionales de baja intensidad.
Desde hace años, la ciencia estudia este tipo de afinidad para comprender qué revela del mundo interior de las personas. Las investigaciones señalan que estos vínculos no solo se construyen por afinidad práctica, sino por una conexión emocional profunda.
A continuación, algunos de los rasgos más frecuentes entre quienes sienten un amor especial por los gatos.
Quienes sienten afinidad por los felinos tienden a ser más empáticos y perceptivos con las emociones de los demás. La psicóloga Patricia Pendry explicó que “aquellas personas que son emocionalmente sensibles tienden a formar lazos más estrechos con los gatos a pesar de que ellos suelen ser más reservados y sutiles”.
Según la psicología, quienes prefieren a los gatos tienden a ser más introspectivos y abiertos a lo desconocido.
Esto se debe a que los gatos, como sus dueños, valoran su espacio personal y responden a estímulos emocionales de forma sutil. Según Verónica West, entrevistada por The Mirror, “las personas a las que les gustan los gatos aprecian su espacio personal por encima de lo que lo hacen otras personas”.
Los gatos suelen atraer a quienes priorizan la calma y el equilibrio en sus vidas. Es común que sus amantes prefieran entornos serenos, sin ruidos o tensiones innecesarias. Su relación con estos animales se convierte en un refugio emocional lejos del estrés.
Acariciar a un gato libera oxitocina, la hormona del bienestar, y ayuda a reducir los niveles de ansiedad.
La curiosidad natural de los gatos refleja el interés de sus dueños por lo misterioso y lo desconocido. Para muchos, convivir con un felino es como compartir espacio con una mente intrigante. El psicólogo Samuel D. Gosling señala que “las personas a las que les gustan los gatos tienden a estar más abiertas a la experiencia que el resto”.
Acariciar un gato puede reducir los niveles de ansiedad al liberar oxitocina, conocida como la hormona del bienestar. Según diversos estudios, quienes aman a los gatos tienden a manejar mejor sus emociones y a mantener la calma en situaciones de tensión.
La afinidad con los felinos suele estar relacionada con la sensibilidad emocional y la gestión tranquila de las emociones.
Los gatos también suelen conquistar a personas más introspectivas, que disfrutan la soledad y valoran la compañía silenciosa. Como afirma Verónica West, “aquellos que prefieren a los gatos son personas que se manejan mejor con interacciones de baja intensidad, con un tipo de afecto más sutil”.
Este vínculo felino no solo habla del animal que elegimos, sino también de la forma en la que nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.