El artista plástico y actor Rubén Albarracín, cumple sus 90 años este miércoles que celebrará el sábado junto a familiares y amigos en una pequeña velada que tendrá lugar en la casa Socorrense.
Consultado por PRIMERA PLANA, sobre cómo se prepara para festejar nada más y nada menos que 90 años de vida y qué balance puede realizar al respecto, Albarracín respondió: “Los 90 ya los tengo encima por eso la respuesta debe ser filosófica. No te podés sorprender. Uno se prepara de a poco para los 90”, respondió.
“Uno tiene cuarenta y de repente te ves más viejo de lo que vos creías. El deterioro físico puede ser mayor o menor pero por el otro lado están las experiencias de la vida que pueden ser buenas o malas; pero lo que a uno le da la clave de que el tiempo pasa es ver crecer a los descendientes, sean hijos, nietos, sobrinos, ver que nace un niño, tenerlo en los brazos y que de repente ese niño tiene quince, después veinte y después treinta. Ver ese fenómeno no se puede naturalizar. Me sorprende y me sigue sorprendiendo y emocionando” expresó.
“Y eso” –agregó- “da la clave de los años que pasan. Uno pregunta ¿En qué momento crecieron?, que ellos se hagan adultos significa que uno ya no es un joven”.
A su vez, se dio el tiempo para reflexionar que “la palabra joven y viejo es relativa, porque hay gente que es anciana a los ‘veintipico’ y hay gente que a los 80 baila, viaja, tiene proyectos. La vida son los proyectos”.
De igual manera, hizo referencia a la importancia de vivir los años de una manera filosófica “preguntando cada día pensando qué hago, que no hago”, indicó.
“Cada año el almanaque se acorta, es abrumador el cuidado médico. La parte económica es importante pero no es lo único. Tengo una jubilación mediocre pero sé que si tengo una emergencia mi familia no me va a dejar en ‘Pampa y la vía’” analizó.
Para concluir con la respuesta, afirmó que “llegar a los 90 es preguntarse por qué”.
Sobre qué consejo podría dar a los más jóvenes para llegar a los 90, expresó: “no soy un paradigma porque he llegado a esta edad sin plata, soy un pintor casero sin prestigio internacional, sin pareja. Por otro lado creo que, a los jóvenes nunca les interesan los consejos”.
El que Rubén puede dar es que “si tenés una vocación seguila, sé fiel a ella” la vocación es “algo sagrado, es ‘el llamado’, es un fueguito, al que hay que arrimarle leña y alentarlo porque es lo que te sostiene” reconoció.
“Tuve la suerte de tener vocaciones y que la familia me alentara, esa vocación me sirvió como refugio de soledades pero el teatro, la música y la plástica te acompañan siempre” analizó.
Al ser consultado sobre lo positivo y negativo de estos años y qué avances o retrocesos vio, consideró: “Sigo muy de cerca la actividad cultural local y nacional y parecería que hay dos carriles, el de lo cultural y el de lo espiritual”.
“Es maravilloso ver como un tren de gente cargada con talento que avanza pero en sentido contrario, la situación del mundo es pavorosa y ¿qué puede hacer la cultura contra eso, resistir?”.
“Los países del mundo comandados por gente que parece que hubieran salido de una historieta siniestra. Hace unos años alguien me dijo, ‘Estados Unidos es un país en serio’. ¿Un país donde atacaron el Capitolio y mataron gente?, ¿Dónde a diario se asesina gente?, un país invadido por la pobreza, no se puede ignorar eso. Uno se pregunta a veces si ¿vale la pena seguir viviendo para ver esto?” opinó.
“Haber llegado a los 90 para ver esto?, nunca me dediqué a la militancia política pero hasta el año pasado voté y no sé si voy a volver a votar, no solamente porque no tengo obligación sino porque estoy decepcionado, asqueado de como los legisladores que uno vota se venden”, analizó.
“Mi bienestar personal es rodeado de afecto y amigos”, destacó.
Festejos
Sobre los festejos de sus 90 años, el Sábado 25 en la casa socorrense se va a encontrar con familiares y amigos con quienes va a compartir un encuentro donde cantará tangos y leerá un discurso alusivo como ya es clásico. Además adelantó que regalará algunos dibujos a los presentes.
“Desde hace años para mi cumpleaños hubo alguna reunión pequeña o no tan pequeña con amigos, familia y si bien, más que hacer dinero, me dediqué a hacer amigos y a partir del COVID las reuniones multitudinarias se suspendieron y en esta ocasión sin que yo lo pidiera va a haber una reunión de amigos y de familia”, expresó.
Asimismo, en este encuentro contará con familiares que vienen desde Buenos Aires como sobrinos y primos, va a estar presente “parte de lo que queda de a gran familia materna que tuve. En Pergamino tuve la familia paterna y en la zona de Marcos Paz tuve la familia materna. El más viejo que voy quedando soy yo, porque mis contemporáneos ya ‘se fueron’” remarcó.
Familiares y amigos
PRIMERA PLANA pidió a varios familiares y amigos – a modo de sorpresa- que describan a Rubén pero que además cuenten alguna anécdota que recuerden de estos años.
Natalia y Mariana Ramallo quienes son sus sobrinas, junto al resto de la familia expresaron: “Es Rubén el tío que se prende en todos los eventos familiares. Creativo y divertido así como por momentos irascible.... El de un corazón enorme e inmensamente generoso”.
Como anécdota recuerdan que “con respecto a su próximo cumple hace unos meses atrás en la mesa familiar de los asados del domingo expresó: ‘¿ustedes ya pensaron cómo van a festejar mis 90?’, casi como una orden...y ahí, manos a la obra comenzaron los preparativos. Definió muy bien la música que quería que sonara en su cumpleaños, una significativa lista de tangos que acompañen todo el festejo y dejando muy en claro, que música ¡No debía sonar”.
Damián Zain, dibujante y sobrino que vive en Avellaneda dijo: “Rubén nació para narrar. Su relato puede ser escrito o dibujado, sobre el escenario o en la mesa de un bar. En cualquier formato nos cuenta sobre su universo hecho de letras y trazos en tinta china, sobre trenes y sobre el campo, de ópera o de tango, de Fontanarrosa y Woody Allen, de Sicilia y también de Buenos Aires, del mundo o de sus macetas en Pergamino. Rubén nació para narrar” destacó.
Con respecto a una anécdota “era difícil para un chico que amaba el dibujo ver a Rubén como a un simple tío. El que visitaba mi casa en Avellaneda en los inviernos o yo a él en los veranos de Pergamino era más bien un ‘showman’ que lápiz y papel en mano, se ofrecía a dibujar todo lo que le pidiera. Jamás se negaba, pero exigía que mis lápices tuvieran buena punta y para eso, con una filosa hojita de afeitar, tallaba cuidadosamente la madera y el grafito logrando formas tan bellas y estilizadas como los dibujos que luego haría” relató.
“Rubén se sentaba frente a la mesa y yo a su lado, entonces comenzaba el show. Al paso de la afilada varita, en aquellos papeles blancos de pronto aparecían conejos, palomas, perros o gatos, paisajes y trenes. Codo a codo el hechicero y el aprendiz compartimos largas horas creando, enseñando, aprendiendo” recordó.
“Yo era muy chico por eso todo aquello me parecía magia, pero ya no tengo dudas. Era magia” concluyó.
Por el lado de los amigos, otro de los consultados, del ámbito del teatro fue Jorge Abal, quien destacó a Rubén como “un ser muy querible, talentoso, siempre dispuesto a hacer su aporte a la expresión artística que sea”.
En cuanto a un momento anecdótico recuerda que “totalmente entregado a lo que el objetivo artístico requiera. En los años ‘69 o ‘70 compartimos el primer trabajo en teatro. Su personaje era un oficinista que para él debía tener determinado corte de pelo, totalmente en contra de las concepciones sociales del momento. No dudó en ejecutarlo cosa que a mí, con la inexperiencia del recién llegado, no me cuadraba”.
“Fue motivo de largas charlas que me hicieron aprender muchísimo sobre la ‘verdad’ que es el teatro. Un ser con gran talento a quien abrazo con cariño en este cumpleaños” expresó.
Mercedes Atie se refirió a Rubén como “amigo de sus amigos y no hace concesiones. Es leal con él y su esencia”, mientras que el niño dibujante Benjamin Aller, expresó: “Rubén es muy buena persona. Es muy buen dibujante y artista, es re buena onda. Me acuerdo cuando yo hice un dibujo que él me lo intervino y mejoró”.
Por su parte, la artista plástica Marcela Cenacchi, destacó la figura de Rubén, como “un icono del arte en nuestra ciudad”.
Albarracín “es una huella imborrable en la cultura local, destacado no sólo como pintor y dibujante sino también como actor y promotor del teatro”.
“Regresé a Pergamino luego de estudiar en las escuelas de bellas artes Manuel Belgrano y la Pueyrredón en 1997. Nuestro primer encuentro fue en la comisión de artistas plásticas de Casa de la Cultura, donde su calidez y pasión por el arte me inspiraron profundamente. En 1999 organizamos una muestra, juntos en la sala Antonio Berni que fue un éxito en ventas tanto de Rubén como en lo personal”, destacó.
Además, ese evento “cimentó un vínculo que perdura hasta la actualidad”.
“He tenido el honor de ser la curadora de su muestra ‘de la A a la Z’, que realizara junto al ilustrador Damián Zain hace unos años. He sido testigo de su dedicación y compromiso con el arte, así como de su capacidad para motivar a nuevas generaciones” destacó.
Rubén “es un referente en la escena artística y su influencia se extiende más allá de sus obras. Me fascinan sus relatos de historias familiares y de su vida personal y aprendizajes en talleres con destacados artistas como Cochet, Venjulla, Médicí y otros”.
Este homenaje “es una celebración no solo de su trayectoria sino también de su amistad y el impacto que ha tenido en mi vida” destacó.
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