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Pablo Mazza y un adiós que duele: “Gracias, Fogoneros queridos”

El fútbol tiene momentos de gloria, despedidas inesperadas y decisiones difíciles. Así lo demuestra el caso de Pablo Mazza, quien, tras ocho años llenos de emociones y logros, dejó de ser parte de Douglas Haig. Con un mensaje cargado de gratitud y nostalgia, el experimentado jugador se despidió de los hinchas del equipo de Pergamino.

"Simplemente gracias, pueblo fogonero, gracias por cada muestra de cariño que me han demostrado a lo largo de estos 8 años donde hemos pasado tiempos muy lindos y otros no tanto, pero siempre con ese apoyo incondicional que los caracteriza. Los voy a llevar siempre en mi corazón, hasta siempre Fogoneros queridos”, escribió Mazza en sus redes sociales, dejando claro el vínculo especial que lo une con los hinchas.

Sin embargo, esta despedida no fue una decisión propia. Según trascendió, la dirigencia de Douglas Haig optó por no renovar su contrato para la próxima temporada, una noticia que el futbolista recibió a través de un llamado telefónico. Una forma fría y distante para un jugador que marcó una época en el club.

 

Un legado imborrable

Pablo Mazza no solo será recordado como un jugador más en la historia de Douglas Haig. Fue protagonista del ascenso a la Primera B Nacional, categoría en la que se destacó con goles memorables frente a equipos como Rosario Central o Huracán . Mazza, que también tuvo una experiencia europea en Grecia y llegando a jugar la Europa League, eligió regresar a Pergamino a jugar el Federal A en lugar de aceptar ofertas de clubes de primera división y del extranjero, demostrando su amor incondicional por el club.

Pero, como ha sucedido con otros ídolos del Fogonero, su salida no fue la más justa. La decisión de la dirigencia recuerda a casos como los de los hermanos Levato, Gabriel González o el técnico campeón  Omar Jorge, figuras que también se despidieron en circunstancias polémicas, dejando un sabor amargo en los hinchas.

 

La hinchada, su refugio eterno

A pesar de la decisión dirigencial, el cariño del pueblo fogonero hacia Mazza permanece intacto. Es uno de los últimos ídolos de una hinchada apasionada, que lo seguirá recordando por su entrega, profesionalismo y amor por los colores rojo y negro.

Su despedida es un recordatorio de que en el fútbol, más allá de los resultados y las decisiones institucionales, el vínculo entre el jugador y los hinchas es lo más valioso. Mazza se va, pero su historia  perdurará  en cada rincón del Miguel Morales y en el cariño de los seguidores del equipo que representa a Pergamino.

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