La sexualidad y el poder disfrutar de las relaciones íntimas enriquecen nuestra vida, mientras que además nos permiten construir vínculos y reforzar la autoestima, pero existe un tipo de condición que genera ciertos miedos ante todo lo que tenga que ver con el sexo: la genofobia, una condición asociada a un trastorno de ansiedad.
Esta fobia aparece tanto en hombres como en mujeres y altera por completo el plano sexoafectivo, ya que, son experiencias en las que, aunque haya besos y abrazos, cuando llega el momento de ir más allá, surge el bloqueo turbador y la angustia aterradora y el universo mental se llena de imágenes desagradables que se traducen en pánico
La genofobia es el temor irracional al sexo y todo lo que tenga que ver con la intimidad física. Es un tipo de fobia específica y, por lo tanto, un problema de ansiedad caracterizada por miedos desproporcionados. Aunque no sea algo muy conocido, el miedo al sexo es una experiencia frecuente en la población.
El Journal of Sex & Marital Therapy realizó una investigación en personas de entre 14 y 60 años y demostró que sufrían de genofobia el 23,9 % de las mujeres adultas y el 10,3 % de los hombres. Ahora bien, una conducta fóbica es algo más que un miedo.
Las fobias específicas suelen manifestarse de diversas formas en cada individuo. De este modo, las relativas al sexo integran un gran número de situaciones que se acompaña de emociones paralizantes e ideaciones irracionales y, entre ellas, encontramos:
La genofobia puede tener efectos muy desgastantes. Tanto es así que algunas personas optan por la asexualidad y convencerse a sí mismas de que no experimentan atracción o interés sexual (cuando no es así) Sin embargo, elegir esta forma de vida por miedo intensifica el sufrimiento y la soledad.
Tal y como resalta un artículo en la revista Folia Medica, el miedo a las relaciones sexuales se traduce en conductas aversivas que cursan con gran angustia interpersonal. El desgaste psicosocial es inmenso, puede causar ruptura de los vínculos de pareja y, ante la consulta de qué hay detrás de la genofobia, encontramos:
A la hora de tratar el miedo a las relaciones sexuales, se partirá siempre de un adecuado diagnóstico psicológico. Es decisivo identificar la causa para elegir el abordaje más efectivo. De este modo, en caso de existir un trauma sexual subyacente, es imprescindible tener en cuenta esa realidad clínica.
Los enfoques terapéuticos más adecuados son:
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