Mientras terminaba su licenciatura en Turismo y pensaba en estudiar abogacía, el destino llevó a Cristian Minutta a trabajar en la firma pergaminense Bensimon en Capital Federal: “yo estaba terminando mi carrera y necesitaba un trabajo para solventarme en Buenos Aires, ahí apareció la posibilidad de trabajar como vendedor en uno de los locales de Bensimon. Jamás había trabajado en un local de ropa, pero no me asustó el desafío.”
Al poco tiempo, Gustavo Samuelian le ofreció sumarse al proyecto que estaba iniciando con la hoy consagrada marca, Bolivia.
“En el año 2005, Gustavo me llevó como encargado de imagen de su marca, ahí me encargaba de las campañas, vidrieras y el armado de los locales. En aquel entonces era una de las primeras marcas que desembarcaba en Palermo Soho y eso me llevo a conocer productoras y vestuaristas que fueron marcándome el camino”, relató Minutta en diálogo con PRIMERA PLANA.
¿Cuál fue tu primer trabajo con los músicos y como llegaste?
En el 2007 me llamaron para asistir en vestuario a Zeta Bosio en la vuelta de Soda Stereo, fue una experiencia inolvidable, crecí escuchándolos y de un momento para otro estaba en el regreso de una de las bandas más importantes de Latinoamérica con un estadio como el de River absolutamente colmado. Sin dudas sigue siendo uno de los recuerdos más emocionantes.
¿Ahí supiste hacia donde querías perfilar tu carrera?
Ya tenía muy en claro que en Turismo no iba a trabajar y que abogado no iba a ser, pero esas noches encontré un lugar que encontré casi sin buscarlo y entendí que quería hacer carrera con eso. A esa altura ya estaba absolutamente decidido.
¿Con quienes tuviste el gusto de trabajar?
¿Vale mencionar con quién tuve el disgusto también? Jajaja. Hablando en serio, después de esa primer experiencia seguí siempre relacionado con la música, hice la gira del regreso de Los Fabulosos Cadillacs, en el 2008, la última gira de Gustavo Cerati, Abel Pintos, La Oreja de Van Gogh, Fito Paez, Massacre, Tan Biónica, Andrés Calamaro, Axel, Fabiana Cantilo, Vicentico, Marcela Morello, Ivan Noble, Gustavo Cordera, Miguel Mateos, entre otros. Seguro me esté olvidando de alguien y pido disculpas de antemano. Este año tuve la suerte de trabajar junto a Diego Torres, Carlos Vives y Candelaria Tinelli.
¿Qué haces específicamente?
En estos últimos casos que te mencioné, me encargo de todo lo que tenga que ver con la imagen el artista, principalmente de los vestuarios.
¿Por qué decís “en estos últimos casos”?
Ja… Porque he hecho de todo. En el 2011 empecé a incursionar en Producción, en una primera instancia generando contenidos para Festivales como el Pepsi Music y el Hot Festival y después de eso fui Tour Manager con Tan Biónica y trabajé en la producción en la última gira de Los Fabulosos Cadillacs, gira que me llevó a trabajar en el Madison Square Garden, uno de los sitios más emblemáticos para cualquier artista.
¿Cuál fue tu trabajo más importante y por qué?
No sabría decirte cual fue el más importante, pero si cuales fueron los que más me marcaron: la última gira de Gustavo fue uno en cuanto a mi trabajo en imagen, fue de las personas con las que más aprendí y uno de los pocos artistas nacionales que entendía el concepto de show más allá de la música. Era una persona que estaba en todo y que le daba el lugar a cada una de las partes involucradas en el armado del show. Por otro lado, lo que te mencionaba anteriormente con los Fabulosos en el Madison.
¿Es cierto que estuviste la noche del último show de Cerati, cuando tuvo el accidente cerebrovascular?
Sí, pero no me quedo con eso. El destino me puso ahí y no hay nada para decir de eso que tenga que ver con lo que fue Gustavo y su magia. Tengo 100 recuerdos de él antes que esto a lo que te referís.
¿Eras del mundo de la música o entraste de casualidad?
No era del mundo de la música, y creo que esa fue una de las variantes para poder dedicarme a esto, je. No tengo el oído ni tampoco sé tocar un instrumento. Si bien la mayor parte de mi carrera fue con músicos, lo mío iba por la fusión de moda y música, cuando empecé no había muchos músicos que creyeran en el trabajo de un vestuarista, de hecho con los Cadillacs fui el primer vestuarista en 30 años de carrera.
¿Hoy te sentís una palabra autorizada para opinar?
No tengo la autoridad para decir quién es bueno o malo a nivel musical, pero sí puedo decir lo que me gustaría ver en un escenario en cuanto a show. Como soy consciente de mis limitaciones musicales, nunca priorice mis gustos musicales con algún trabajo, y creo que eso es lo que me llevo a trabajar con los más grandes como así también con bandas que recién arrancaban.
¿Por qué te volviste a Pergamino?
Nací acá, tengo a mi familia y a mis amigos de toda la vida, cuando tenía 18 años me fui, como hacen muchos, a buscar posibilidades a Capital. Cuando sos más joven sentís en eso cierta “liberación”, uno cree que “huye del pueblo" pero con el paso de los años te das cuenta que todo lo que siempre te pesó de Pergamino es lo que terminas extrañando. Así que hace dos años decidí volver y ver cómo me encontraba acá, hoy sé que es mi lugar en el mundo, aunque sigo trabajando en Capital Federal.
¿Pergamino te permite vivir de lo tuyo?
Me encantaría, pero no lo sé, es lo que estoy tratando, no es tan fácil como me resultaría estando en Buenos Aires, puntualmente estoy focalizado en tratar de aportar los conocimientos que adquirí en los 11 años de trabajo con músicos en mi ciudad, no desde la parte de imagen, pero si desde la parte de producción, tratar de potenciar el talento musical que tenemos en la ciudad con los circuitos de festivales a nivel provincial y nacional, creo que es una materia pendiente que tenemos. Hoy cambiaron tanto las plataformas de difusión y las necesidades de los músicos que me encantaría poder aportar mi granito de arena para que las bandas locales puedan mostrarse en otros escenarios.
¿Y con bandas locales trabajarías en el tema de imagen?
Si, de hecho hace unos días estuvimos haciendo un video clip con los chicos de “Kumbiemos el Sistema” bajo la dirección de Cristian Marchiori, alguien que encontré en Pergamino con quién hemos realizados otras cosas, como comerciales y la verdad es que me siento muy cómodo y es un gran talento.
¿Pergamino es una plaza permeable al asesoramiento de imagen?
Por supuesto. Hasta en el pueblo más chiquito vas a encontrar a alguien que requiera asesoramiento. Obviamente entra en juego las variables que tenés para hacer tu trabajo. A mi me contratan acá a través de mis redes sociales desde quinceañeras o sus mamás hasta mujeres que tienen un casamiento y las aristas son muy variadas. A veces viajamos a Bs.As a recorrer grandes marcas, a veces a Rosario, otras prefieren modistas locales y en algunos casos con lo que hay en el placard, je.
¿Has hecho amistades en el ambiente?
Cuando recién arranque tuve la suerte que estuvieron mis amigos de siempre alrededor teniéndome con los pies en la tierra, es un ambiente que puede hacerte perder la cabeza muy fácilmente. Entré con una ingenuidad que crees que todos son amigos de todos y no es tan así, hoy tengo amistades del ambiente, una de ellas es Celeste Cid, nos conocimos hace 6 años por personas en común, trabajamos juntos en el lanzamiento de su marca Cid & Kohan y hoy te puedo decir que es de mi grupo íntimo de amigos. Lo loco de mi trabajo es que más allá de trabajar con el artista lidias continuamente con su ego, y es muy poca la gente que mantiene la humildad como bandera, ella es una.
¿Se siente mucha presión al trabajar con figuras de la talla de Candelaria Tinelli que sabes que sí o sí vas a recibir muchas críticas?
Por mi manera de trabajar la presión está siempre, sea Candelaria o sea una banda que recién empieza, pero en la medida de que al artista con el que trabajas no le afecta. a mí tampoco me afecta.
En el caso de Cande maneja una sensibilidad y una humildad para la exposición hace que las críticas sean más fáciles de llevar, tengo seguridad en lo que hago, y viéndolo con el tiempo volvería a hacer cada una de las cosas que hice con cada artista. Siempre hay críticas, pero trato de tomar las que son para crecer, por supuesto que las otras siempre afecta, pero nunca me llevaron al punto de dudar de alguno de mis trabajos, hoy con las redes sociales, todos somos expertos y jueces de todo lo que vemos, y la facilidad de criticar desde atrás de la computadora nos da impunidad, pero la llevo bien, entiendo cuáles son las reglas del juego y también entiendo que no tengo la verdad absoluta en nada de lo que hago, siempre va a existir gente que podría haberlo hecho mejor.
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