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Detuvieron a dos policías acusados de proteger una banda subsidiaria de Los Monos a cambio de dinero

Son un oficial y un inspector. Los apresaron la noche de este lunes en Ayacucho al 6800, mientras cumplían servicios en un patrullero. Les imputarán delitos por vínculos con el grupo que dirigía desde la cárcel Mauro Gerez, quien reclutaba a adolescentes como soldaditos en barrios Empalme y Ludueña

Dos policías del Comando Radioeléctrico de Rosario fueron detenidos este lunes por la noche en un operativo que llevó adelante el personal de la Agencia de Control Policial (ACP- ex Asuntos Internos) por estar sindicados en cobrar coimas a miembros de la banda comandada desde la Unidad Penal 11 de Piñero por Mauro Gerez, una subsidiaria de Los Monos que opera en lo barrios Ludueña y Empalme Graneros, para no investigarlos como había solicitado la Justicia. Los dos uniformados fueron apresados mientras cumplían servicio en un móvil, y sus domicilios allanados.

Los detenidos están identificados como el inspector Jorge César R., jefe de tercio, y el oficial Ricardo Jorge P. Además, allanaron la casa de los dos policías, en México al 1800, en barrio Belgrano, y en Ottone al 700 bis, de Empalme Graneros.

Los agentes fueron interceptados por personal de la ACP a las 20.20 en Ayacucho al 6800, mientras cumplían servicio en un patrullero, por el extremo sur de la ciudad y en el límite con la localidad de Villa Gobernador Gálvez.

Los operativos fueron solicitados por el fiscal de la Unidad de Balaceras Pablo Socca que señaló a los dos detenidos por cobrar dinero a un integrante de la banda dirigida por Gerez, quien desde la celda –donde está detenido desde el 26 de mayo pasado– recluta a jóvenes para actividades delictivas en los dos barrios del noroeste rosarino.

En particular, la imputación a Gerez se centró en 40 amenazas y extorsiones a comerciantes, aunque como negocios ilícitos que suman ganancias al del narcomenudeo. La captación de los chicos como soldaditos, según surge de las pequisas, a veces era a cambio de mínimas recompensas, como un par de zapatillas, y la promesa de escalar en la trama criminal.

“Uno siente impotencia porque ayer en los operativos había muchos menores de edad que sé quiénes son, los conozco, han sido detenidos con pistolas calibre 9 milímetros o ametralladoras, pero tienen 14 años”, admitió poco después de esos procedimientos en declaraciones radiales el fiscal Socca. Es uno de los que los había solicitado, junto a sus pares provinciales Marisol Fabbro y Georgina Pairola, y su homólogo federal Javier Arzubi Calvo.

En la requisa del móvil policial de este lunes por la noche, los investigadores descubrieron armas de fuego sin registro, conocidas como “armas perro” y utilizadas por las fuerzas de seguridad en casos de gatillo fácil, para plantarlas en operativos fraudulentos o para insertarlas al mercado ilegal tan redituables en estos tiempos por ser utilizadas en las violentas disputas por el territorio para la venta al narcomenudeo.

Dentro de un bolso propiedad del inspector hallaron un revólver calibre 22 sin numeración visible con proyectiles en el tambor. Un revólver similar tenía el otro uniformado oculto en el chaleco balístico que portaba. Ninguno pudo aportar documentación que respaldase la portación de los mismos.

También incautaron del interior del patrullero las dos pistolas reglamentarias calibre 9 milímetros de los uniformados detenidos, ambas con proyectiles, 19.500 pesos en efectivo, una notebook y un pen drive.

El allanamiento a un domicilio ligado a Jorge César R. terminó con la incautación de un revólver calibre 22 marca Bagual con ocho balas en su tambor, éste sí tenía numeración pero no documentación que habilite tanto la tenencia como la portación.

En esa vivienda se encontraba la ex pareja del inspector, identificada como Jorgelina F., de 49 años, a quien se le formó causa por tenencia indebida a de arma de uso civil. El operativo en la casa relacionada al otro oficial no derivó en secuestros de elementos.

El fiscal Socca ordenó la detención e incomunicación de los dos policías y los imputará por los delitos de cohecho pasivo, portación indebida de arma de uso civil e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

El cobro de dinero para proteger a integrantes de la banda criminal, que se les endilga a los miembros del Comando Radioeléctrico, fue poco antes de un megaoperativo ejecutado el lunes 22 de agosto último por fuerzas federales y provinciales, bajo órdenes de la Justicia de ambas jurisdicciones, en los barrios Empalme Graneros y Ludueña.

Hubo entonces más de cincuenta allanamientos fruto de investigaciones por delitos varios, desde balaceras por disputa de territorios hasta extorsiones y comercialización de drogas. Entre otros blancos judiciales, estaba la banda de Gerez, conocido como jefe de sicarios, y el cual respondía a otros dos reclusos de Piñero: Julián Aguirre y Andrés Benítez, presos por robo calificado y portación de arma.

Uno de los detenidos entonces fue un policía retirado y su hijo. Esos procedimientos incluyeron requisas a las celdas del penal federal de Ezeiza donde están alojados Mario Segovia, el famoso Rey de la efedrina, y Julio Andrés “Peruano” Rodríguez Granthon. 

 

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