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Hacer agua

Por Guillermo Memo García Por Por Guillermo Memo García | 15 de Mayo de 2022

La crisis del agua en Pergamino responde en buena medida al desdén hacia el cuidado de la salud de una gestión municipal que no tiene la decisión de asumir que la falta de acceso al líquido elemento y su calidad también limita otros derechos.

Esa usual falta de agua que se sufre más en épocas de altas temperaturas en distintos sectores de la ciudad y su mala calidad esta probablemente naturalizada y quizás no se percibe como algo sustancial. Pero la realidad indica que el agua ya es un problema global porque incluso ya cotiza en la bolsa de comercio de Wall Street.

A la complicación objetiva de la ausencia de agua potable en el mundo, se le suma una dificultad subjetiva: pareciera que no se alcanza a percibir hasta dónde estamos en un problema y cómo se debe actuar para no profundizarlo.

Desde el punto de vista de la gestión del agua como un asunto público, es necesario plantearse una política de desempeño para lograr cambiar el problema más fácil por ahora: el de la percepción, observación y evaluación del agua y de quienes son responsables administrarla para todos.

También es real que existe una cultura medioambiental débil en relación con el agua, aunque esto no sólo le afecta al líquido elemento. En general, este déficit conceptual se advierte en relación con el resto de los problemas de medioambiente, de ecología y de desarrollo sustentable.

Por otra parte, la ciudadanía toma conciencia o aumenta su percepción consciente acerca del medioambiente cuando el problema ocurre en su entorno inmediato y modifica directamente su calidad de vida diaria. Y además la historia de la construcción del imaginario social del agua es compleja. Las percepciones acumuladas en el tiempo sobre el agua, su uso, la escasez y el valor, no son coherentes con la realidad objetiva.

Hay que priorizar el agua como un acto político. Cuando los movimientos y organizaciones, como la Asamblea por el agua, por ejemplo, exigen un acuerdo social y legitimidad de parte del Gobierno Municipal, se refieren a recuperar el sentido de escuchar, de consultar, de saber cuáles son las prioridades. No puede haber dirigentes políticos tan alejados de la realidad.

Es necesario no renunciar a la lucha por la conformación de un espacio que priorice a una generación de dirigentes políticos que no sólo entiendan la gravedad de la problemática ambiental sino que la compartan, que la afronten y que pongan manos a la obra para aportar soluciones urgentes y con sentido estratégico. Porque a la problemática no se le hará frente en soledad, con una lógica soberbia e individualista sino ampliando las convocatorias, abriendo las discusiones y llamando a quienes realmente saben y pueden aportar soluciones técnicas y políticas.

La crisis del agua en Pergamino demanda un modelo de gestión más democrático e igualitario, más justo e incluyente, que deje de poner en riesgo la salud de los vecinos y vecinas y que transforme en realidad concreta el derecho humano de acceso al agua y principalmente su consumo apto. Tiene que ser un compromiso sincero con la comunidad, una obligación asumida como ciudad.

*El autor es periodista, integrante de PRIMERA PLANA y conductor de RADIO MAS (FM 106.7)

 

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