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¿Qué cantidad de personas hay en situación de calle y comiendo de la basura?

El dato surge de un registro realizado como prueba piloto a partir de la Ley Nacional Nº 27.654, “para personas en situación de calle y familias sin techo”. Entre los censados hay 20 niños, casi el 80 por ciento del total son vecinos nacidos en Pergamino, el 71 por ciento sufre alguna discapacidad y casi el 90 por ciento de mujeres fue víctima de violencia de género en la vía pública

Un saldo de 70 personas viviendo literalmente en las calles de la ciudad, arrojó un censo llevado a cabo en el marco de la Ley Nacional para Personas en Situación de Calle y Familias sin Techo. Pero la cifra asciende a 200 personas si se tiene en cuenta quienes tienen donde dormir pero deben revolver la basura para poder comer.

El rastrillaje se realizó durante 2 días completos tanto en el Centro como en diversos barrios y estuvo a cargo de la Red Puentes del movimiento Nuestramérica (MTE), una organización nacional dedicada a la temática y a las cuestiones vinculadas con el consumo problemático.

Entre los datos arrojados por el relevamiento se destaca que 20 de los censados son niños, universo dentro del cual son mayoría las niñas en un 60 por ciento.

El total de adultos encuestados fueron 31, número al que se suman las personas que no quisieron ser censadas y aquellas que reciben del Estado Municipal un precario refugio privado.

La iniciativa lleva 2 años, desde que el diputado nacional del Frente Patria Grande (Frente de Todos), Federico Fagioli, presentó junto a otros legisladores el proyecto de la hoy Ley Nº 27.654.

La norma promulgada este año, establece la necesidad de realizar un censo de personas en situación de calle y crea una serie de herramientas para afrontar la problemática. Entre otras, la puesta en marcha de una red nacional de centros de integración social donde los ciudadanos con esta problemática reciban desde contención y atención médica, hasta cursos y talleres de formación que les permitan dejar las calles.

Pablo Quevedo, referente de la Red Puentes a nivel local -e integrante de la mesa provincial del Frente Patria Grande- contó que en Pergamino se realizó la “prueba piloto” del relevamiento que espera hacerse a nivel nacional.

Una de las características fundamentales es el acompañamiento de organizaciones populares que tienen conocimiento del territorio y la problemática, para que no ocurra lo que sucede con el Instituto de Estadística y Censo (INDEC) o con los gobiernos locales, que en algunos casos sus relevamientos terminan arrojando cero por ciento de personas en esta condición.

“Han convertido a la situación de calle en un absurdo total, tanto que me animaría a decir que desde el municipio, a un 20 por ciento de las personas en situación de calle, les pagan una habitación en el hotel Sheraton cuando tenemos el predio que fue de Pioneer. Digo fue, porque ese predio tenía un acuerdo de 10 años que ya termino, entonces eso quedó para el municipio. Pero pareciera que una persona en situación de calle no merece ni siquiera vivir en un complejo con calefacción, duchas, agua caliente, cocina”, afirmó Quevedo.

El muestreo se llevó a cabo el 3 y 4 de éste mes, posterior a una capacitación para los más de 30 relevadores. Hubo también un mapeo territorial previo que sirvió para delimitar zonas y horarios e incluso el modo de abordaje. En algunos lugares el mismo se realizó en vehículos pero casi todo el trabajo se hizo a pie desde la mañana temprano hasta las tres de la madrugada. Parte de la jornada incluyó compartir una vianda y algo caliente con la gente encuestada.

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“El resultado del relevamiento en Pergamino fue de casi 70 familias en situación de calle. Más de 20 niñeces, de los que pudimos localizar. Sabemos que en la ciudad hay distintas casas de distintos vecinos con algunas problemáticas de consumo donde hacen cumulo con gente en situación de calle, por lo que el número es mayor. Es una barbaridad, es un número altísimo para una ciudad a la que le sobra alimento y presupuesto”, señaló Quevedo sobre los datos que arrojó el muestreo.

A ese número hay que sumarle más de 130 personas que “apenas cartonean o los que buscan comida en la basura”, según indicó el responsable de la Red Puentes a nivel local, quien agregó que “la diferencia entre unos (que viven en la calle) y otros, es que algunos tienen un ranchito donde guarecerse, nada más”.

Del total de personas en situación de calle, el 74,2 por ciento son varones y 25,8 son mujeres. Todos entre los 18 y 44 años. Entre los niños, casi la totalidad tiene entre seis y 11 años. La gran mayoría (el 77,4 por ciento) son vecinos nacidos en Pergamino, 19,4 nacidos en otros distritos de la Provincia de Buenos Aires y un pequeño porcentaje de otras provincias del país.

De los adultos, 6 que viven a la intemperie terminaron la primaria, 3 el secundario y 13 personas empezaron la secundaria pero no la terminaron.

Uno de los encuestados terminó inclusive un nivel terciario y 7 no concluyeron el primer nivel educativo.

El 71 por ciento sufre alguna discapacidad. El 61,3 por ciento lleva al menos 6 años en la calle mientras que para el 38,7 por ciento es la primera vez.

Uno de los datos más sorprendentes es que el 32,3 por ciento del total de encuestados tenía vivienda propia -la mayoría-, alquilaba o vivía d prestado y entre las principales causas de ir a parar a la calle figuran no poder hacer frente a lo necesario para sostener el alojamiento -propio o alquilado- y los conflictos familiares

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La enorme mayoría de los consultados -el 87 por ciento- respondió que trabajó al menos una hora la última semana. El 50 por ciento en alguna changa. Casi todos en la más absoluta informalidad, como feriantes o vendedores ambulantes, y apenas unos pocos en actividades de la economía popular registrada. El 37 por ciento del total dijo trabajar en negro como empleado. Y más del 50 por ciento no tiene ninguna asistencia del Estado.

A su vez, más del 50 por ciento dijo haber recibido violencia por estar en la calle y señalaron a las fuerzas de seguridad y vecinos que no se encuentran en situación de calle como los responsables. Del universo de quienes se perciben mujeres, persona transexual o travesti, el 87,5 por ciento dijo haber recibido violencia por cuestiones de género.

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“El segundo día del censo nos pasó algo muy loco. Nos fuimos al Parque España, sabiendo que había tres pibes durmiendo en los vagones, y un vecinos nos dice que los de Seguridad municipal los había sacado y los habían llevado atrás de la Cooperativa Eléctrica, en el barrio La Rioja y cuando fuimos también los habían corrido. Todo para que no formen parte del censo”, explicó Quevedo. Y continuó: “Desde ahí nos fuimos al Parque Belgrano, caminando por las vías. Pasamos por todo ese complejo hermoso que está armando el Municipio hasta atrás del Club de la Cooperativa Eléctrica. Todo ese trayecto que no suma más de 10 cuadras, nos cruzamos 7 móviles parados en las vías y nadie en situación de calle. Se ve que alguno se enteró de lo que estábamos haciendo y en vez de colaborar quiso correr a la gente para que no los pudiéramos censar”.

La prueba piloto comenzó un día antes desde la Estación Terminal de Omnibús hasta el Arroyo, “porque ahí teníamos previsualizado donde estaban las personas con esta problemática” dijo el referente de Red Puentes y señaló que hay gente en situación de calle “en la Terminal y frente a la Terminal; en el Banco Nación de Centenario, debajo del puente de Juan B. Justo, incluso del lado del Centro. Ahí hay 4 pibes, que ahora mismo si uno va se encuentra una casa debajo del puente, porque ya hay un colchón, cajones de verdura donde acomodan su ropa. Esto no se puede ocultar. Están también los pibes que cuidan autos, tanto en la Plaza de Ejercicios como en el Bingo”.

Quevedo contó también que en la segunda jornada se recorrió Avenida de Mayo “en horario nocturno que sabemos que es en el horario que están revolviendo los tachos de basura para poder comer, en una ciudad que produce tantas toneladas de alimentos; y los otros en las plazas cuidando autos, en una ciudad donde podríamos generar trabajo genuino de sobra”.

También se realizaron caminatas por el Barrio Acevedo, el Barrio Virgen de Guadalupe -512 Viviendas-, José Hernández, Kennedy I y II, 12 de octubre y exQuinta Mastrángelo.

“No quiero echar culpas, pero hay quienes deberían hacerse cargo de esta situación. Nosotros tenemos que encargarnos de proponer ideas y trabajamos en diversos proyectos, pero algo urgente es usar el complejo de Pioneer para dejar de tener durmiendo gente a la intemperie, debajo de los puentes, en las plazas, en la terminal, en las veredas, en los bancos. Y empezar a demostrarle a esa gente que hay una vida distinta, pero para eso necesitamos generar comunidad y conciencia”, señaló Pablo Quevedo, quien además explicó que los vecinos no se asustan cuando ven a alguien revolviendo la basura, se “asombran y tratan muchas veces de ayudarlos, de darles algo de ropa o algo para comer, pero lo que hay que darles es dignidad, trabajo, un lugar donde dormir. Si para alguno tiene que ser momentáneo y que luego el trabajo sea el conducto por el cual logra un terreno, una casa, me parece perfecto, pero hay que ponerle primera a la situación porque sino sólo nos quedamos viendo como se agrava”.

De entre las tremendas anécdotas recogidas en la calle, Quevedo subrayó la de uno de los muchachos que vive debajo de un puente en el Arroyo, al que desde Acción Social del Municipio -siempre según su relato- le habían prometido una solución temporaria, un alojamiento en el Hotel Sheraton.

“El pibe me conto algo que te parte el alma y mirá que escucho historias complicadas. Me cuenta que tiempo atrás pasó por una problemática con consumo de alcohol y que había empezado un tratamiento por cirrosis. “Estuvo internado en el Hospital por una infección enorme en una  muela, que le llegó hasta el oído. Tenía que ir a Acción Social por un acuerdo previo de que lo iban a cobijar uno días en este hotel. Y fíjate como una simple acción repercute tan mal en una persona. Cuando fue le dijeron que no, no podían ayudarlo, que le iban a gestionar un subsidio de 12 mil pesos”, añadió.

“Lo primero que hizo cuando terminó de cuidar autos, fue volver a consumir alcohol. El Estado local en vez de abrazarte cuando están en vulnerabilidad total, te lleva otra vez al consumo. No podemos permitir que nos pasen estas cosas”, concluyó Pablo Quevedo.

 

 

 

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