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¿Quién es la concejal de Pergamino que presentó ocho proyectos en dos años?

Pertenece al bloque del intendente Javier Martínez, también es empleada del Estado y además promotora de los reclamos del campo, como el “Tractorazo”.

"Basta de impuesto y ajusten sus sueldos políticos", la bandera pintada a fuerza de pulso y aerosol flameaba de un viejo camión de trompa chata. Banderitas argentinas se dibujaban desprolijas al pie y una también en el alto a la derecha del texto. Su marcha era firme, ronroneante y humeante hacia la concentración: el “Tractorazo”. El de Pergamino, ciudad en la que una de sus principales referentes y organizadoras fue una política. Así, sin más vueltas.

¿Quién es Antonia “Tony” Caldentey?, fue la pregunta que flotó en el aire para muchos que la vieron, bandera al cuello, subida al improvisado estrado de flacos oradores durante la reunión del pasado 7 de enero. Para algunos, una productora -pese a que nunca participó de ninguna reunión del Consejo Asesor Agropecuario-; para otros, una dirigente rural, para muy pocos, la concejal de Juntos por el Cambio. Y para casi nadie, una empleada del Programa de Atención Médica Integral (PAMI), desde hace mucho tiempo.

Su salto a la “vida pública” surgió de la mano de los piquetes agrarios de 2008, en aquellos agitados días cuando las representatividades agropecuarias estaban puestas en duda, nacía casi inocentemente un grupo de productores que se denominaban “Autoconvocados”. Se recuerda en aquel momento una de las manifestaciones más importantes en la que ese grupo productores, más los de la Mesa de Enlace, blanqueaban el apoyo de partidos políticos como la Coalición Cívica, de Elisa Carrió y el PRO, de Mauricio Macri.

El grupo creció y proyectó a ciertas figuras a la política nacional, entre ellas a Alfredo de Angeli, quien actualmente es senador nacional de Juntos por el Cambio, dirigente que supo estar detenido por reconocer públicamente que algunos grupos de productores estaban armados en los piquetes.

Con otro vuelo, en Pergamino, de ese grupo insípido de aquellos días surgió “Tony” Caldentey, quien rápidamente entendió parte del juego y se supo involucrar con movimientos políticos referenciados en Carrió. Logró, a través de su presencia en la Coalición Cívica, negociar dentro de Cambiemos -hoy Juntos por el Cambio- y hacerse de un puesto como candidata a concejal en la lista del intendente Javier Martínez.

Los buenos vientos de 2017 fueron propicios para que diera el salto hacia una banca que ocupa desde hace dos años y aún conservará durante otros dos, como también conserva su puesto en el PAMI. Por esta particular situación que la tiene como principal protagonista, se generaron a principios de su mandato las polémicas de rigor sobre si ese proceder era correcto o no. La realidad es que los antecedentes no muy lejanos indican que no hay incompatibilidad de funciones porque el cargo de concejal no es un puesto municipal.

No obstante y a raíz de las discusiones, Antonia Caldentey renunció a la dieta de edil. Es decir, que percibe su sueldo de edil pero con una quita del 20 por ciento, que se supone refiere a aportes específicos que ya recibe por la remuneración del empleo que tiene, en este caso, en PAMI. Lo que queda siempre en duda es la dedicación horaria que le asigna a cada trabajo. Es un esfuerzo doble trabajar en una dependencia nacional como PAMI y al mismo tiempo ser concejal y participar de reuniones de las comisiones que integra en el Concejo Deliberante.

Por fuera de ese debate que siempre resulta estéril, sí se pueden tener certezas bien concretas en cuanto a su accionar como edil. Quienes interactúan asiduamente con “Tony” Caldentey aseguran que es de buen trato, prolija y responsable. Claro que al observar el resultado de tanta pulcritud no se puede caer menos que en la desilusión.

En dos años de arduo trabajo Teresa Caldentey -tal como figura en los documentos oficiales-, presentó proyectos que no generarían vergüenza ajena sólo si estuvieran acompañados por otros trascendentes. Algo que lamentablemente no sucedió.

Los aportes documentados por la concejal ascienden a ocho iniciativas legislativas en dos años. Proyectos de ordenanza tuvo sólo dos y refieren a implementar en el propio Concejo un programa de reciclado de desperdicios. Por otro lado, propuso que en las instituciones de la administración pública de la Municipalidad y oficinas descentralizadas se conformen ambientes acondicionados para que las mujeres en período de lactancia puedan extraer su leche materna y se garantice su adecuada conservación durante la jornada de trabajo.

En cuanto a los proyectos de comunicación fue más contundente, tuvo cuatro. Junto con Fabián Albuerne, también de Juntos por el Cambio, presentaron un plan sobre seguridad en zonas rurales del Partido de Pergamino. Por su cuenta presentó otro solicitando la pavimentación de la calle Pedro Sevilla, del barrio Viajantes y por pedido de la presidente de la Federación de Intercooperativas, presentó uno para bregar por la colocación de un gráfico alegórico por el “Día Internacional de la Cooperación”, en la plaza que lleva su nombre.

También pidió al Departamento Ejecutivo que informe sobre si estaba dando o no cumplimiento con los mecanismos impuestos por ley provincial solicitando libre deuda registrada para deudores morosos de alimentos.

En la nómina se computan también a favor de la concejal Caldentey, dos proyectos de resolución logrados el año pasado. El primero, declarando de Interés Municipal y Cultural el programa radial “Identidad Ocampense de FM Onda Verde 95.1” de la localidad de Manuel Ocampo y como parte de la Comisión de Cultura y Educación del Concejo, trabajó para la designación de escribano general del concurso abierto y público para la creación de la bandera e himno oficial del Partido de Pergamino. Punto final.

En estos dos años, tampoco fue determinante en las sesiones a la hora de debatir. Sólo se la recuerda contundentemente por tres situaciones particulares. La más destacada fue cuando se estaba debatiendo en el recinto un tema relevante referido al Bachillerato de Adultos y no estuvo presente en la votación, pues se había ido a llevar su automóvil particular bajo techo porque le habían avisado que podía caer granizo. Ese día el oficialismo, a pesar de tener mayoría, falló.

En otra ocasión, se recuerda el cruce que tuvo cuando el edil Ramiro Llan de Rosos, de Integración Cívica Pergaminense, estaba exponiendo y por lo bajo “Tony” Caldentey lanzó casi sin darse cuenta un "mentiroso". La inconcebible e irregular situación obviamente generó el enojo de Llan de Rosos, quien le dijo: "¿A quién trata de mentiroso? Sí tiene algo que decir pida la palabra, que de paso aprovechamos y le conocemos la voz ya que nunca habla".

Completando el tridente, en una de las últimas sesiones, Caldentey pidió la palabra para referirse a la situación del campo, fue antes del “Tractorazo”, organizado por una agrupación denominada “Campo Más Ciudad”, que aunque se esfuerce en demostrar lo contrario, viene empujada por referentes provenientes principalmente de la Coalición Cívica, de Elisa Carrió y algunos otros de Juntos por el Cambio, los mismos sectores políticos de 2008.

Durante la sesión, “Tony” Caldentey aseguró poseer algunas hectáreas, señaló también que su marido tiene unas 80 más y naturalmente todo su discurso tornó en favor del sector del cual proviene, lo cual es lógico y hasta valorable, aunque lo grave fue que culminada su alocución abandonó la banca y se retiró sin escuchar qué tenían para decir sus pares que tenían una visión bastante diferente a la suya.

"El campo es trabajo, el campo dignifica. Cuando nos quieren saquear, abusar, sabemos salir adelante. El campo dice basta", dijo Antonia Teresa Caldentey, sobre el estrado y fue reflejado por el diario Clarín, medio que la identificó como productora rural, tal vez sin conocer que la dirigente que estaba emponchada con la bandera Argentina también es concejal y empleada del Estado, espacios que seguramente dignifican tanto como el del campo.

"Basta de impuesto y ajusten sus sueldos políticos", pedía esa bandera atada al camión, como faro entre otras pancartas, en la mañana del “Tractorazo”. Es un legítimo reclamo y una notable propuesta que sin dudas la concejal Antonia Teresa Caldentey puede transformar en proyecto desde su banca para predicar con el ejemplo. Además de engordar un poco su desnutrida lista de iniciativas en dos años de mandato.

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