Un hombre terminó tras las rejas luego de haber sido sorprendido robando prendas de vestir en un supermercado. El hecho es uno de los tantos que ocurren semanalmente en comercios de la ciudad y cuyos supuestos autores son arrestados para posteriormente quedar a disposición de la Justicia.
Un hombre fue arrestado porque intentaba marcharse de un supermercado sin pagar varias ropas.
"Al chofer del patrullero le dije que lo hacía para poder comprar los remedios para mi hijo", contó a Multimedios Ancasti el hombre identificado como P. Esta persona quedó alojada en la comisaría seccional Tercera y la Fiscalía de Instrucción en turno lo imputó y le tomó declaración indagatoria. El sábado fue excarcelado.
Una vez en libertad recibió una gran noticia, ya que el policía que había conocido su historia y la razón que lo llevó a delinquir, se puso en contacto con sus compañeros e hicieron una "vaquita" y le compraron el remedio. Se trata de Cefalexina 500, un medicamento valuado en aproximadamente $380 y que su hija debe ingerir cada 12 horas.
"Pido disculpas. Siento total arrepentimiento por esto. La necesidad fue la que me llevó a hacer esto", manifestó P.
El hombre contó el difícil momento que atraviesa junto a su familia. Hace cuatro meses se instalaron en el predio abandonado de la Fábrica Americana de Plásticos, en la localidad de El Bañado, en el departamento Valle Viejo.
Sin ayuda
"Fui varias veces a la municipalidad de Valle Viejo para que nos ayuden a conseguir el remedio y poder curar a mis hijos", pero contó que nunca obtuvieron una respuesta favorable. El hombre narró que vive de changas y que para poder cocinar emplean un calentador de resistencia.
"Nos quieren sacar ahora y no darnos una solución. Yo no tengo casa y no tengo en dónde estar", agregó P, quien vive en ese predio junto a su mujer y sus tres hijos.
La fábrica Americana de Plásticos está cerrada desde hace veinte años y las instalaciones fueron ocupadas por un puñado de familias.
En julio pasado, El Ancasti publicó una crónica en la que se relataba la dura realidad de cuatro familias que vivían en una situación de extrema pobreza y sin servicios básicos.
El espacio también sería refugio para malvivientes que suelen esconder los elementos que roban. Esto fue denunciado por los vecinos de El Bañado, quienes sostienen que el predio es utilizado además para el consumo de bebidas alcohólicas y de drogas.
