Las falencias en la vía pública son una constante que se volvió parte del paisaje cotidiano en cualquier barrio de la ciudad. Pero también en el Centro. Desde pozos en las calles hasta veredas rotas y tambores industriales cubriendo algún deterioro, dan cuenta de que las prioridades en materia de infraestructura apuntan a embellecer algunas obras, en detrimento de otras más básicas.
Ya no se trata de pavimentar calles en los barrios sino de enmendar roturas sencillas hasta la zona céntrica, que a simple vista pasan desapercibidas. Sin embargo, por mínimas que sean, pueden traer serias complicaciones.
Los vecinos y comerciantes de una de las áreas más céntricas de la ciudad, que viven en los alrededores de Dorrego y Moreno, reclaman hace tiempo la rotura de una de las alcantarillas que se encuentra sobre la calle.
El hueco se encuentra justo en la intersección de las calles de Dorrego y Moreno y no está señalizado con ningún elemento que pueda alertar a los transeúntes. Los moradores de las cuadras aledañas realizaron el pertinente reclamo al 147, pero no obtuvieron ninguna solución concreta, ni permanente ni momentánea.
La mínima falencia que implica que el desagüe no tenga su tapa, provoca la queja de los vecinos y vecinas del sector, implicando un peligro para todo aquel que circule por el lugar.
La zona es muy concurrida a diario ya que “la gente aprovecha éstas cuadras que no tienen estacionamiento medido para dejar sus autos”, señaló una de las vecinas. No obstante, una rotura que podría solucionarse fácil y rápidamente con la colocación de una nueva rejilla se volvió un peligro y un problema constante.
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