Tras un primer informe donde se registraron "bacterias coliformes por fuera de lo normado por lo que [el agua] NO sería apta para el consumo”, se requirió una ampliación. Tras esto, llegó al juzgado un detalle de dos muestras que, de acuerdo a lo establecido en el Código Alimentario Argentino, no cumplen con las condiciones básicas para ser considerada agua apta para ingerir.
En su artículo 982, se entiende que el líquido que es apto para alimentación y uso doméstico “no deberá contener substancias o cuerpos extraños de origen biológico, orgánico, inorgánico o radiactivo en tenores tales que la hagan peligrosa para la salud; deberá presentar sabor agradable y ser prácticamente incolora, inodora, límpida y transparente”.
Además, establece que el “agua potable de uso domiciliario es el agua proveniente de un suministro público, de un pozo o de otra fuente, ubicada en los reservorios o depósitos domiciliarios” y que deberán cumplir con una serie de “características físicas, químicas y microbiológicas”.
Justamente, de las cinco muestras que se tomaron originariamente, fueron dos las que mostraron irregularidades y que ahora quedaron plasmadas con mayor detenimiento en este nuevo informe elaborado por el Departamento Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina.
Si bien el dato oficial sobre la contaminación se conoció hace pocos días, lo cierto es que desde hace meses hay abogados que reclaman por el estado del agua. Sostienen que sus defendidos no pueden elegir qué agua tomar y que ingerir líquido no apto para el consumo (o directamente contaminado) atenta directamente en su condición humana. El habeas corpus aún no fue resuelto.
En ese marco, la defensa del detenido que reclama desde hace meses por su estado de salud fue más allá y ante la ingesta de agua contaminada, requirió ya no solo la domiciliaria sino que se ordene el desalojo de la unidad o de los pabellones donde se encuentra acreditado que no se suministra agua apta para el consumo humano.